Diego de Olmedilla, fundador del Método Thinking, tras años de perder kilos y recuperarlos al poco tiempo, sin esperanzas de conseguir alcanzar un peso saludable, decidió ahondar en el foco de su problema.

Comprendió que la solución no eran las dietas, porque su problema no estaba en el estómago sino en la mente. Así que decidió emprender la Psiconutrición, pilar sobre el que se basa el método Thinking, tal como publica Cuerpo Mente.

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Según Olmedilla, el bloqueo emocional y las relaciones tóxicas con la comida son los culpables de que las personas no logren objetivos en la pérdida de peso, según El Mundo.

Esto, porque la razón por la que se come compulsivamente no es el hambre, sino “para llenar otros vacíos, normalmente emocionales”, que muchas veces se originaron en la infancia.

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Las carencias de la infancia marcan profundamente el presente, incluso la relación que tenemos con la comida. Muchos trastornos alimentarios se gestan en los primeros años de vida. Foto: MediaProduction


La comida es buena, pero a veces la relación con ella se distorsiona. Foto: RyanKing999

Para reprogramar este patrón y romper con la relación tóxica con la comida, el experto recomienda liberar la mente, practicar la respiración profunda y comer como si estuviera meditando.

Además, reconocer el alimento por lo que es y olerlo, saborearlo y masticarlo despacio, para aprender cómo es la sensación de la saciedad física, lo que no se logra cuando se come deprisa y sin pensar.

(I)

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