En Lima, a principios del mes de octubre de 2022, y durante tres días, tuvo lugar el período ordinario de sesiones de la 52.ª Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en la que se emitieron varias declaraciones y resoluciones. Entre ellas, una de invocación al restablecimiento de la democracia en Nicaragua y otra de condena a la invasión de Rusia a Ucrania. Ecuador ha apoyado las dos tesis. Pocos días antes, el 1 de octubre, la Cancillería ecuatoriana hizo pública su posición “acorde con sus principios de política exterior de no reconocer la adquisición de territorios por la fuerza, deplora que se hayan conducido referendos en los territorios ucranianos de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, bajo ocupación militar extranjera. Esos referendos y los intentos de anexión de esos territorios carecen de toda legitimidad y valor legal”. Esa declaración es absolutamente conforme con la doctrina ecuatoriana sostenida durante su historia, particularmente por haber sufrido pérdidas de su territorio por invasiones extranjeras. Esos principios tiene que sostenerlos el Ecuador permanentemente, sin excepción alguna; por eso, esperamos que se desista –si no se ha desistido ya– de abrir una oficina de Innovación en Jerusalén, cuya parte este es un territorio ocupado por Israel mediante imposición militar. Este anuncio motivó –cuando la visita del presidente Guillermo Lasso a Israel– que la Asociación de Diplomáticos en servicio pasivo, en carta dirigida al canciller, hiciera notar que la apertura de esa oficina de Innovación contrariaba a los principios mantenidos permanentemente por el Ecuador. Esa apertura era, y es, contraria a lo resuelto por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en agosto de 1980, que rechaza la ocupación de Jerusalén; esto, además, va contra la solución general propuesta de la creación de dos Estados, apoyada actualmente por los Estados Unidos, autor de la creación y sostén del Estado de Israel. No vivimos ahora, afortunadamente, bajo la influencia de la superpotencia que con Donald Trump presionaba a los países débiles a que trasladaran sus embajadas a Jerusalén. Sería muy saludable que la Cancillería le informe al país que no se ha abierto esta oficina de Innovación de Ecuador y que se ha desistido de hacerlo.

A poco de la Asamblea de la OEA, en Lima, las cosas se han agravado en el enfrentamiento bélico; fuerzas contrarias a Rusia hicieron estallar poderosos explosivos en el puente que une la península de Crimea con la tierra continental, y, en represalia, Rusia ha atacado con misiles a numerosos blancos en Ucrania, incluyendo la capital, Kiev. La escalada es notoria y debe negociarse la paz. En el plano económico, este enfrentamiento entre la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y Rusia perjudica al mundo entero; es irónico que las sanciones económicas en relación con el gas y el petróleo han encarecido los costos de la energía a Europa Occidental y Rusia se ha beneficiado del aumento de los precios de esos productos. El invierno será muy duro para los pueblos de la Europa Occidental. Sería terrible que una escalada diera lugar a un conflicto nuclear. (O)