El haber abandonado la exministra de Transporte y Obras Públicas del correísmo, María de los Ángeles Duarte, la residencia de la Embajada de Argentina, en Quito, significaría una “tácita ruptura” del asilo diplomático que otorgó Argentina en diciembre del año pasado, ante la solicitud de la exfuncionaria pública que mantiene una sentencia en firme de ocho años cárcel por el delito de cohecho, parte del caso Sobornos 2012-2016.

Así lo entiende el profesor universitario y exsubsecretario de Relaciones Exteriores Carlos Estarellas. Según él, el momento que “escapó” Duarte de la residencia del embajador de Argentina en Ecuador, ella abandonó el proceso de asilo, el cual está definido como una protección y ante ello se toman medidas.

Estarellas recuerda que el proceso normal, lo cual está señalado en las convenciones de asilo, es que si alguien va a abandonar el asilo, la persona tiene que firmar un acuerdo en el que se indique al embajador que se va a renunciar a esa protección.

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María de los Ángeles Duarte está en Caracas, según el Gobierno argentino

“Aquí hay una serie de incoherencias que deberán ser resueltas en los próximos días. (...) Ella ya rompió el asilo en el momento en que escapó. (...) Con Argentina María de los Ángeles Duarte rompió el asilo escapando, si es que escapó, le ayudaron o lo que sea. Ahora no sería raro que ella aparezca en Argentina, pero ya no como asilada diplomática”, anotó Estarellas.

El lunes último, el canciller argentino Santiago Cafiero se comunicó con el ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Juan Carlos Holguín, para informarle que Duarte y su hijo menor de nacionalidad argentina ya no se encontraban en su delegación diplomática. Ambos ingresaron en la Embajada de Argentina en la capital ecuatoriana el 12 de agosto de 2020 y fueron acogidos como “huéspedes por razones humanitarias”.

Cafiero en su comunicado al canciller Holguín explica que “más allá del estatus otorgado y la voluntad del Gobierno argentino de mantener la condición de asilada diplomática, que la señora Duarte Pesantes se ha ausentado por decisión propia y sin que haya mediado indicación alguna a las autoridades de la Embajada en la República del Ecuador”.

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Pese a que desde Argentina se sostiene que la salida de Duarte, su hijo y su perro se habría dado entre el sábado y el domingo último, la Policía en Ecuador tiene la teoría de que aquello se dio el viernes en la noche, en el interior de un vehículo diplomático, al cual ninguno de los dos controles policiales establecidos en esa sede podían realizar una revisión de quiénes entran o salen a bordo de los automotores.

El director de investigaciones de la Policía Nacional, general Fausto Olivo, en una entrevista con Ecuavisa la mañana de este martes dijo que se está investigando la fecha, la hora y la forma en la que se produjo la salida de la exministra. No se descarta que esté inmiscuido un vehículo diplomático. El oficial resaltó que ya habrían sido activados el Bloque de Búsqueda de la Policía, Migración y otros.

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Lo cierto es que la Policía ya notificó a la Corte Nacional de Justicia y a la Fiscalía General para que se adopten los trámites necesarios para que Duarte sea traída al país y sobre ella se originen las investigaciones del caso a nivel local.

La Cancillería argentina informó que Duarte se presentó en su Embajada en Caracas este 14 de marzo.

El exsubsecretario Estarellas piensa que Duarte puede aparecer en Nicaragua, Venezuela o México, país en el que están varios exfuncionarios del correísmo, y en esos países se le podría otorgar otro tipo de asilo, que sería un asilo territorial, más conocido con el nombre de refugio.

María de los Ángeles Duarte mantiene pendientes con la justicia: una sentencia en firme en el caso Sobornos y un llamado a juicio en suspenso por incumplir una orden de autoridad competente

Cómo escapó

El internacionalista Mauricio Gándara cree que en este caso lo que pudo haber existido es un “escape” de María de los Ángeles Duarte con la anuencia de funcionarios de la Embajada de Argentina en Ecuador. “No se puede creer que la señora Duarte pudo haber escapado, como se dice desde la Embajada de Argentina, sin el conocimiento del personal, de los funcionarios, de los empleados. Esa es una versión que se va tornando más inaceptable. (...) Este asunto es muy grave”.

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Tanto Gándara como Estarellas sostienen que es imperante el que diplomáticamente Argentina dé una explicación de lo que sucedió, pues cómo una persona que se encontraba asilada, que tiene un llamado a juicio y tiene sentencia firme, de repente desaparece.

Para Gándara, si se comprueba que existió algún tipo de colaboración de la Embajada de Argentina en Ecuador en la salida de Duarte, lo que amerita, aclara, es la expulsión del embajador o al menos la declaratoria de persona non grata del actual embajador argentino en nuestro país. “Puede generarse un impase diplomático, porque se estaría engañando al Ecuador”.

Por su parte, Estarellas refiere que no solo se debería investigar la participación en este caso de cualquier funcionario de la Embajada de Argentina en Quito, sino también a los agentes policiales que debieron haber estado en los exteriores de la residencia del embajador argentino. “En toda casa de embajador existen policías y más aún cuando en ese lugar hay una persona asilada. ¿Qué hizo la Policía si ella salió por la puerta?”. (I)