La Corte Constitucional aprobó una pregunta mañosa para una consulta popular que había negado juiciosamente diez años atrás.
Los activistas tienen una causa y es su derecho presentarla como más los favorezca. Pero la Corte Constitucional en lugar de solidarizarse debe reformular la pregunta para darle equilibrio, que advierta a los electores de las consecuencias de la decisión.
Las activistas presentan la pregunta de una forma que alienta a contestar sí: “¿Está usted de acuerdo con que el Gobierno ecuatoriano mantenga el crudo ITT, conocido como bloque 43, indefinidamente bajo el subsuelo?”.
La pregunta debió ser “¿Está usted de acuerdo con cerrar los pozos en producción petrolera en el ITT y desmantelar la infraestructura que se montó para ese propósito?”.
Por lo mañoso de la pregunta, votar ¡No!
El campo ITT está en operación, produce 55 mil barriles diarios. La economía se nutre de las divisas que genera. El Sí significa parar la producción, al punto que las exportaciones de crudo valdrán poco más que las importaciones de combustibles. La caída en las exportaciones requeriría una contracción económica para que las importaciones se reduzcan de igual manera. Los comercios formales e informales perderán ventas, los clientes de profesionales y artesanos pagarán menos.
El fisco depende de los $ 1.200 millones que el ITT genera al año (promedio). La merma de ingresos fiscales sería inmanejable para un fisco con gastos corrientes desbordados, en parte porque la propia Corte Constitucional dispuso una pronunciada alza del sueldo a los maestros sin acompañarla con financiamiento.
Además de los ingresos el Estado pierde toda la inversión hecha para sacar el petróleo y debe invertir en arrancar la infraestructura del suelo y volver las 70 hectáreas intervenidas a su condición primigenia.
(...) las exportaciones de crudo valdrán poco más que las importaciones de combustibles.
La manera de reemplazar esos ingresos sería eliminando el subsidio a la gasolina o alzar el IVA unos tres puntos.
Por la pérdida de nivel de vida que conlleva la pérdida de la producción petrolera, ¡No!
Los ecologistas radicales que se oponen al petróleo también se oponen a la acuacultura porque afecta el ecosistema costero y a las bananeras y cañaverales, entre otros, por ser monocultivos que alteran la diversidad ecológica. Con el precedente de la Corte que por consulta popular se puede desmontar una industria, mañana pueden plantear como consulta “¿Está usted de acuerdo con que el Gobierno ecuatoriano mantenga el manglar y zonas de playa sin afectación por el ser humano?”. Y si al sí del romanticismo amazónico (caso ITT) le sigue el sí del romanticismo costeño, el Estado tendría que desmantelar todas las camaroneras. Hay que votar No a este pernicioso precedente.
Temas complejos que requieren estudio para poder responder no deben ser tema de consultas. Peor unirlos a elecciones generales, pues los electores ya tienen suficientes problemas tratando de discernir por quién votar para presidente y asambleístas. En las elecciones seccionales el electorado, para expresar su descontento con el Gobierno, a pesar de clamar por más seguridad votó No a la extradición y en todo lo demás. Las materias de gran complejidad no deben someterse a consulta, y esta no debe enancarse en elecciones generales. Por eso, hay que votar ¡No! (O)