El domingo, la mayoría de los ecuatorianos apoyó el no en las cuatro preguntas de referéndum y consulta popular que había propuesto el presidente de la República, Daniel Noboa.
La derrota para el Gobierno en ese día se puede entender de varias formas y algunos de nuestros columnistas hablan del rumbo que le queda al primer mandatario tras las votaciones.
Análisis previos del resultado en cada pregunta:
León Roldós, exvicepresidente de la República
“El mensaje del voto no debe ser tomado por Daniel Noboa como un mandato para que asuma soluciones objetivas e inmediatas ante las necesidades de hoy, para nada impedidas por el voto no, porque los temas del referéndum y de la consulta eran de efectos mediatos.
No debe (el presidente) entrar a “dimes y diretes”.
Seguridad, flujos de dinero para transferencias y pagos que no se han hecho y prestación de salud tienen alternativas de solución y esas debe asumir el Gobierno, no negando problemas sino enfrentándolos". (O)
Gabriela Calderón de Burgos, analista
“Ahora le toca al Gobierno hacer las reformas y tomar las medidas que el país necesita con las herramientas que tiene a su disposición. No solo ostenta el Poder Ejecutivo, que no es poca cosa en virtud del sistema presidencialista de Montecristi, sino que también tiene números en la Asamblea Nacional que no tuvieron sus antecesores inmediatos. Ha demostrado que sabe usar ambas para los fines que se propone, logrando que se aprueben sus proyectos de leyes. Se pueden hacer muchas cosas importantes sin cambiar la Constitución. Por ejemplo, la medida más trascendental del último medio siglo en el país se hizo sin cambiar la Constitución: la dolarización. De igual forma, el cambio más trascendental de este Gobierno se realizó este año por iniciativa del Ejecutivo: la eliminación del subsidio al diesel”. (O)
Mauricio Gándara Gallegos, analista
“Para un presidente que hasta aquí ha gobernado con los colaboradores de sus empresas o cercanos a ese medio, debe ser muy difícil llamar a personas de otros círculos económicos, políticos, sociales a integrarse en un nuevo gabinete. Casi casi implica prescindir de quienes están o estuvieron vinculados al actual círculo de gobierno o a la oposición. Entonces, proceder a un gabinete de concentración como se hacía hace décadas no funcionaría. Pero sí podría invitarse a personas destacadas, no militantes de esos partidos que están en lucha a muerte,
El presidente debería recibir este aviso ciudadano para, aceptando el actual ordenamiento constitucional, intentar reformas constitucionales al Consejo de Participación y al Consejo de la Judicatura. Puede tramitarlas con su bloque legislativo.
El otro aviso del pueblo es para no aceptar bases extranjeras, en general. El Ecuador quiere mantener una posición internacional independiente, sin sometimiento a Estados Unidos; tanto más, que nos expone a nuevos peligros por los actuales enfrentamientos entre otras grandes potencias militares mundiales en el mar Caribe y que pueden extenderse a otros escenarios". (O)
Katia Murrieta, analista
“La respuesta negativa que dio el pueblo en la consulta del domingo pasado debe llevar al presidente a analizar el porqué del rechazo. Es evidente que hubo poco tiempo para informar a los votantes sobre la necesidad de reformar la Constitución en el sentido propuesto y sobre los cambios que se requieren para obtener un marco jurídico diferente al que tenemos actualmente, que nos permita alcanzar las metas propuestas por el primer mandatario.
Una de las grandes preocupaciones que tenemos es sobre la forma de combatir la inseguridad y la violencia que vivimos derivadas del crecimiento del narcotráfico y del terrorismo, para lo cual se proponía el auxilio de gobiernos extranjeros mediante la instalación de bases militares que contribuyan a tener un mejor control y disuasión de estos delitos. Con la negativa, el presidente tendrá que pensar en otra forma de respuesta a este gravísimo problema, fortaleciendo a las Fuerzas Armadas y resguardando mejor nuestras fronteras.
Respecto del financiamiento estatal a los partidos y movimientos políticos, quizás cabría verificar con mayor rigor los destinos que estos dan a los fondos que reciben, aunque estamos convencidos de que esos valores debieran destinarse a incrementar los relativos a educación y salud.
Ante la negativa de reducir el número de asambleístas y de cambiar la Constitución vigente, al presidente no le quedará más que insistir en reformas parciales, como lo ha venido haciendo, de tal forma que posibilite su gestión en la medida en que responda a los intereses del pueblo ecuatoriano". (O)
Óscar del Brutto Andrade, abogado
“El resultado de la consulta es, ante todo, una derrota del Gobierno. La gente no votó en contra de las preguntas, porque nadie puede seriamente estar en contra de que exista ayuda internacional en la lucha contra el crimen, que se reduzca el número de asambleístas o que corte el financiamiento para los aventureros políticos. La gente votó -como lo hizo antes con Febres-Cordero, Durán-Ballén y con Lasso- para expresar su rechazo al Gobierno.
Lo que nos deja la consulta es un Gobierno debilitado. Ante este escenario el presidente puede optar por hacer algunos caminos. Lo primero es que la tónica del Gobierno ha sido la de buscar enemigos: el correísmo, en su momento, la Corte Constitucional, luego, y, más recientemente, los delincuentes disfrazados de protestantes. Ahora le toca buscar un enemigo nuevo que sirva para aglutinar a todo el país en la lucha. Lo otro es la gestión. La gente quiere que se resuelvan sus problemas inmediatos. Se debe empezar por seguridad y salud, que son los cambios inmediatos que la gente reclama.
No es la primera vez que el presidente Noboa pierde. Ya había ocurrido con un par de preguntas en su primera consulta popular y con el resultado de la primera vuelta electoral de su segunda campaña -que tuvo el sabor de pérdida por no haber ganado en primera vuelta-. El presidente se supo recuperar antes. Veamos si ocurre lo mismo ahora". (O)
Adrián Pérez Salazar, abogado
“Los resultados del referéndum han sido tan inesperados como categóricos. Pese a que la mayoría de analistas anticipaba una victoria —aunque ajustada— para el sí, el pueblo ecuatoriano se pronunció con firmeza en contra de las cuatro propuestas del Ejecutivo. ¿Cómo interpretar este desenlace? Sería apresurado leerlo como un rechazo al Gobierno en su conjunto. Más bien, lo ocurrido parece reflejar una reacción frente a ciertos excesos cometidos por la administración actual. Muchos ciudadanos —que ahora sabemos son la mayoría— han visto con ojos desfavorables las tensiones del Ejecutivo con otras instituciones del Estado, como la Corte Constitucional, pugnas que no podían sino traer a la mente las actuaciones del correísmo en su apogeo.
Esta forma de actuar, más que las propuestas en sí mismas, han generado una reticencia ciudadana a otorgar más poder al Ejecutivo, incluso reconociendo sus aciertos en ámbitos como la seguridad. El mensaje, en suma, no es un no categórico, sino un “cuidado” frente a la tentación de sobrepasar límites institucionales que el país desafortunadamente ya conoce demasiado bien.
¿Cuál es el rumbo a tomar? Aunque hubiese preferido una nueva constitución, el Gobierno todavía puede avanzar con su proyecto político de varias otras maneras. No por nada la actual carta magna ha sido criticada por ser “hiperpresidencialista”. (O)
Miguel Rivadeneira, analista y periodista
“Una reflexión muy serena y una lectura profunda y responsable de lo ocurrido este domingo con los resultados de la consulta popular y el referéndum.
No se entiende cómo hoy, si la clase política y las organizaciones políticas no gozan de confianza de la mayoría de los ecuatorianos, cómo entender que voten a favor de que no se les quite el financiamiento del Estado o que se reduzca el número de asambleístas, quienes gozan también de desprestigio.
La gente se queja por los niveles de violencia en medio de la guerra contra los grupos delincuenciales que son transnacionales, pero ha dicho no a recibir ayuda militar extranjera.
Se han quejado de una Constitución que le tiene bloqueado al país en su desarrollo y apertura a la inversión extranjera, que tiene serias contradicciones, pero en las urnas han dicho no a ir a una constituyente para hacer un nuevo texto constitucional.
Con una circunstancia: no era un cheque en blanco, porque de convocarse saldría un texto que finalmente el pueblo iba a decidir en las urnas; luego, si estaba o no de acuerdo, y pudo pasar lo de Chile, que fue rechazado por la mayoría y no pasó. De cualquier manera, el Gobierno tiene que procesar y meditar profundamente el pronunciamiento y debe rectificar políticas y cambios en su gabinete, que eso es la democracia". (O)
Rosa Matilde Guerrero, analista de finanzas y economía
“Una economía que según el FMI crecerá al 2 %, refleja un crecimiento bajo comparado con el crecimiento de la población y, con un déficit fiscal cercano a $ 5.400 millones para el 2026 superior en $ 2.000 millones al planteado en el programa con FMI, de acuerdo a lo establecido en la proforma remitida por el Ministerio de Economía y Finanzas a la Asamblea Nacional, da cuenta de que las reformas estructurales que el país requiere no pueden seguir esperando: (i) La laboral que flexibilizada y moderna permita incluir al gran número de trabajadores informales del país; (ii) La reforma del sector petrolero y energético continuando con una inteligente focalización subsidios, apertura del mercado al sector privado como socio estratégico, más aún en país donde el Gobierno tiene una situación fiscal precaria; (iii) La reforma de la seguridad social que otorgue su sostenibilidad en el largo plazo y elimine el subsidio intergeneracional; (iv) Mejorar la competitividad vía la estabilidad jurídica cumpliendo leyes y no interpretándolas para atraer la Inversión Extranjera Directa, promover la innovación y, lograr un fisco sostenible, contra cíclico, cumplidor de reglas fiscales y, que maximice el ahorro en prevención de shocks; (v) La financiera, aplicando el nuevo marco legal vigente para modernizar el sistema financiero llevándolo a cumplir con mejores prácticas internacionales en términos de solvencia y liquidez mejores servicios financieros, seguridad de transacciones en tiempo real y, defensa de los derechos del consumidor financieros”. (O)