El anuncio del movimiento oficialista Creando Oportunidades (CREO) de no presentar candidatos para la Presidencia de la República y ni la Asamblea Nacional, para las elecciones del 20 de agosto, llega en momentos en que el gobierno de Guillermo Lasso, máximo líder de la organización, no goza de buenos niveles de aceptación ni credibilidad entre la población.

Aunque Esteban Bernal, presidente de la agrupación política, aseguró que se trata de una “actitud cívica y democrática” de desprendimiento del poder, en línea con la decisión del presidente Lasso de no buscar la reelección.

Lo que se podría percibir como el posible “inicio del fin” del movimiento político es descartado por analistas, que observan la decisión de CREO como una apuesta arriesgada, aunque no sorprendente, de cara a las elecciones presidenciales y legislativas de 2025. El desenlace de esta postura dependerá de lo que Guillermo Lasso haga después de terminar su mandato y de las acciones internas de la organización por configurar cuadros atractivos o lograr alianzas en el año y medio que queda hasta los próximos comicios.

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“Es una decisión de no lanzarse a perder más de lo que ya han perdido”, comentó Andrea Yépez, estratega política.

Anotó que el desgaste de la imagen del presidente Lasso sin duda es un factor decisivo y también explicaría por qué CREO tampoco participará en los comicios anticipados ni siquiera a través de alianzas con otras agrupaciones, como sí lo hizo para las seccionales del 5 de febrero de 2023.

“En Ecuador el electorado tiene más afinidad por los caudillos, por figuras personalistas, mucho más allá de las ideologías y de los partidos políticos. En este punto, ¿cuál sería la figura política que podría levantar a CREO? Ninguna, porque la única que tenían era el presidente Lasso, que ahora tiene probablemente peores problemas de credibilidad que el propio movimiento. Por otro lado, si habrían querido importar una figura externa, un outsider, que no haya sido parte del movimiento, la pregunta es ¿quién quisiera empeñar su patrimonio reputacional personal para levantar un movimiento político que tiene problemas de popularidad muy graves y que, adicionalmente, no se sabe cuál es su propuesta a largo plazo?”, cuestionó Yépez, sin embargo, aclaró que esto no representa el fin del movimiento, pero sí un punto de quiebre.

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El peso de la imagen no tan favorable del Gobierno se pudo ver en la campaña electoral de febrero, donde los candidatos de esa tienda política se promocionaban más como figuras individuales o como parte de una alianza consolidada por varios partidos o movimientos, poco resaltaban su pertenencia a CREO.

Si bien se entiende que la agrupación oficialista siga a su líder en su determinación a no postular para las elecciones que se avecinan, también es cierto que al no tener ni un solo representante en el nuevo Parlamento “Lasso de cierta manera quedaría desprotegido, sin voceros que lo defiendan ante posibles procesos de fiscalización e investigación que promueva la Asamblea o el nuevo gobierno que se instalen”, reflexionó Oswaldo Moreno, consultor político.

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“Por un lado, tiene sentido que no vayan a participar; pero, por otro lado, parece que no tiene la conveniencia política para el presidente a menos que se vaya del país. La situación que atraviesa CREO termina siendo el reflejo del débil sistema de partidos que tiene el Ecuador, lo endeble que son sus instituciones”, añadió Moreno; no obstante, considera que aún es prematuro pensar que la agrupación política tiene los días contados.

El presidente Guillermo Lasso, desde el Palacio de Carondelet, anunció el 2 de junio su decisión de no buscar la reelección en las elecciones del 20 de agosto. Foto: Carlos Granja Medranda

Carecer de presencia en la Asamblea, ya sea con uno o dos legisladores le quita al movimiento de Lasso la posibilidad de canjear o negociar esos votos ante eventuales procesos fiscalizadores que podrían ser adversos a la gestión que termina, agregó Pedro Donoso, analista y experto en comunicación política.

Es evidente que ahora los números no son convenientes para CREO, pero ese no siempre es el indicador para tomar decisiones, ya que se podría intentar revertir en el siguiente proceso electoral. “Si todo dependiera de las cifras que arrojan las encuestas no tendríamos tantos candidatos ni tantas agrupaciones que se lanzan a la contienda electoral en busca de un puesto de elección popular”, resaltó el analista.

En ese sentido, Donoso precisó que si no se adoptan las acciones correctas y no se realiza una campaña efectiva para enfrentar al 2025, el movimiento que hoy es oficialista corre el riesgo de desaparecer si no alcanza el porcentaje mínimo de votos.

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Sin embargo, advirtió que ahora no se puede concluir de manera definitiva que Creando Oportunidades dejará de existir. “Nunca nadie está muerto en política. Es muy apresurado decir que CREO ha muerto, lo que sí pienso es que va a ser mucho más difícil afrontar a un Gobierno que aprovechará que el gobierno saliente se va muy mal valorado, para poder golpearlo, y ellos no van a tener ningún mecanismo para contrarrestar”, dijo Donoso.

Que una organización logre remontar su imagen, o transformarla, para captar o recuperar espacios importantes ya se vio con el partido Avanza o con la Revolución Ciudadana. Las dos, con sus distintas problemáticas, resurgieron luego de atravesar momentos que los dejaron vulnerables y con poca presencia en la palestra política.

Es una estrategia con la que el extinto Alianza PAIS, ahora convertido en el Movimiento Verde Ético Revolucionario y Democrático (Mover), busca ubicarse entre las preferencias del electorado.

Por otro lado, están los casos de partidos que no trascendieron de la actividad política de sus líderes, como fue la suerte del desaparecido Partido Renovador Institucional Acción Nacional (Prian), del empresario y cinco veces candidato a la presidencia Álvaro Noboa. (I)