Un festival denominado “de la resistencia” se instaló pasadas las 14:00 de este domingo, 26 de junio, en el ágora de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), en el centro norte de Quito, en el decimocuarto día de la protesta convocada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).

Empezó con la participación de grupos folclóricos y, aunque el objetivo era que los protestantes descansaran para tomar fuerzas, también se reforzó el mensaje de la dirigencia con gritos de consignas políticas para disipar el cansancio y elevar el ánimo.

El presentador del evento gritaba y preguntaba al micrófono: “Día catorce. ¿Cansados?”, y el público respondía: “No”. A la vez, la gente silbaba, movía banderas de Ecuador que llevaba en la mano o hacía sonar pitos o vuvuzelas.

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Muchos de ellos, con celular en mano, tomaban fotos, grababan las presentaciones artísticas o seguían el ritmo de la música con aplausos.

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En el lugar, que estuvo inicialmente medio lleno, hubo presencia de vendedores de algodón de azúcar, chochos con canguil, cuero y chifles.

Hubo grupos pequeños que con música bailaban en las gradas de ingreso, haciendo círculos entre sí mientras bebían un líquido de botellas.

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Otros llevaban en sus espaldas cobijas, usaban gorras o simplemente miraban desde lejos el espectáculo.

Al sitio empezaron a llegar personas que habían salido de una marcha desde la Universidad Central y habían caminado por la avenida Patria; al final de los caminantes hubo vehículos que hacían sonar sus pitos.

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En los alrededores de la Casa de la Cultura, que nuevamente es el sitio de concentración indígena, cerca de las 15:00, decenas de personas se acercaban a vehículos que repartían comida.

Varios de ellos llevaban en sus manos tarrinas de color plomo con arroz amarillo. Algunos comían de pie, en grupos; otros, en las hierbas. Muchos de ellos estaban recostados, descansando; y otros caminaban por las cercanías del parque.

El tránsito vehicular empezó a circular, aunque en pequeña cantidad; y algunos de los adoquines que habían sido sacados del parterre fueron recogidos, aunque otros aún seguían en el lugar.

Desde la Universidad Politécnica Salesiana (UPS), que se ubica a tres cuadras de la Casa de la Cultura, decenas de personas también caminaban a ese sitio. Llevaban en sus manos lanzas o banderas del Ecuador o tarrinas de comida.

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La Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae), que forma parte de la Conaie, indicó que las delegaciones amazónicas recargan energías y se organizan para la continuidad de la jornada. Se encuentran en el coliseo de la UPS.

En imágenes posteadas en su cuenta de Twitter se ve a gente acostada en colchones cubiertos con cobijas, que habían sido colocados en la cancha del coliseo. También hay carpas y se observa a personas paradas o sentadas en las gradas.

Manifestantes que permanecen en la Universidad Central del Ecuador bailan frente al Teatro Universitario, durante el paro nacional que lleva 14 días. Alfredo Cárdenas/ EL UNIVERSO. Foto: El Universo

Hubo presencia policial en las cercanías de la Asamblea Nacional, a dos cuadras de la CCE, y se mantenían vallas de metal que fueron colocadas para impedir que manifestantes llegaran al lugar; aunque por segundo día consecutivo no hubo protestas en ese sitio, que se transformó en el epicentro de las movilizaciones.

Manifestantes habían sido dispersados por acción policial y militar la tarde y noche del viernes, 24 de junio.

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Donde sí hubo una marcha fue en las comunidades del valle de Tumbaco. Allí se dirigieron en marcha por la Ruta Viva y hacia Lumbisí. Fue de forma pacífica y con música.

Ondeaban banderas del país y de color blanco; hacían sonar sus pitos y se tomaban fotos. Luego hicieron un plantón en el redondel de Puembo, sin impedir la circulación vehicular.

Esto mientras Leonidas Iza, presidente de la Conaie, se dirigió en al menos tres ocasiones a diferentes grupos de manifestantes: ratificó que el paro continuaba. Pero también se dio tiempo para ir al ágora de la CCE, participar del festival, primero con flauta, luego guitarra en mano y cantando.

Preguntó a la multitud: “¿Cómo está esa fuerza? ¡Viva la lucha!”. Dio el mensaje de que se llenaban de fuerza, de dignidad, para seguir en su protesta hasta obtener respuestas concretas a sus planteamientos hechos al Gobierno de Guillermo Lasso. (I)