La Universidad de Investigación de Tecnología Experimental Yachay, creada en marzo del 2014 y uno de los cuatro centros de educación superior nombrados como emblemáticos por el correísmo, arrastra las consecuencias del mal manejo de la empresa pública que estuvo a cargo del proyecto, que incluye una Ciudad del Conocimiento.

Pero esta situación negativa no ha detenido los avances en el plano académico de este centro de educación superior instalado en el cantón San Miguel de Urcuquí, en Imbabura. Las 869 publicaciones en revistas científicas realizadas entre profesores y más de 120 estudiantes de pregrado son una de las credenciales que hablan del potencial de la Universidad Yachay Tech. “Estamos en el puesto 13 a nivel país en este aspecto, pero con un poco más de siete años de creación lo que no es malo”, dice José Lalama Aguirre, presidente de la Comisión Interventora.

Esto contrasta con las dificultades en el desarrollo del proyecto, incluso en la conformación de un consejo directivo elegido por la comunidad universitaria.

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“No hay un consejo universitario, un organismo colegiado superior, no hay rector elegido, ni representante de estudiantes ni de trabajadores”, reconoce Lalama, lo que implicó una intervención determinada por el Consejo de Educación Superior (CES) a través de una comisión interventora designada en enero último.

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Hasta el 28 de febrero del 2022 se tiene prevista su conformación mediante elecciones internas, según la hoja de ruta establecida.

Todas las universidades del país tienen que pasar por un proceso de evaluación y ser acreditadas por el Consejo de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Caces), lo que no ha ocurrido en el caso de Yachay Tech y de la Universidad Regional Amazónica Ikiam, otra emblemática del correísmo.

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Hay unos estándares e indicadores específicos que se deben cumplir, uno de ellos es que al menos el 60 % de la planta docente tenga títulos de Ph. D., número de publicaciones, de libros, de artículos o capítulos de libros publicados. Las funciones sustantivas de las universidades que se evalúan son la docencia, la investigación y la vinculación.

Todas las universidades del Ecuador fueron acreditadas hasta el año pasado, pero Yachay Tech e Ikiam no entraron a ese proceso porque fueron intervenidas.

“Ya hay reglamentos para cada uno de los estamentos que son requeridos para el proceso de evaluación y acreditación. Entre abril y mayo (del 2022) próximos presentaremos la solicitud para ser inspeccionados y evaluados por el Caces”, indica Lalama.

Yachay Tech debería haber pasado el primer proceso de acreditación en 2017, tres años después de que fue creada. El segundo proceso debió darse el año pasado, agrega.

Los docentes también tienen sus preocupaciones. El nuevo reglamento de escalafón determina los lineamientos y los límites de ingresos.

Desde su creación, durante el correísmo, había rectores con sueldos mensuales de hasta $ 18.000 y docentes que ganaban por encima de los $ 4.500 y $ 6.000.

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“Los salarios se calculan ahora mediante una fórmula del CES. Un ejemplo. Un profesor auxiliar 1 ingresa con $ 2.034 mensuales, el agregado 1, $ 2.600, para ser principal tiene que pasar por un concurso de mérito. El docente principal 3 está con un salario de $ 4.500. Lo que pasa es que antes de este reglamento muchos docentes fueron contratados por su experiencia, número de publicaciones, se acabaron los tiempos dorados”, asegura Lalama.

El presupuesto anual de la Universidad Yachay Tech es de $ 12,3 millones que es prorrogado desde el 2020 debido a que el 2021 fue un año electoral. “A eso hay que ajustarse”.

Yachay Tech ya cumple con ciertos indicadores de evaluación. El 65 % de su planta docente de 117 es Ph. D., dice Lalama.

No todo es negativo. El financiamiento ha fluido desde el extranjero ante los recortes presupuestarios. Recientemente la Embajada de Estados Unidos aprobó un fondo de $ 222.000 para la creación del primer museo arqueológico de la región con más de 58.060 piezas arqueológicas halladas en el campus universitario donde se levanta Yachay Tech.

“Nos informaron que estos fondos estarán disponibles. Esto ha llamado la atención de National Geographic”, dice Lalama.

“Se encontró una era geológica no documentada en la historia del Ecuador, una temporada que va del 40 al 580 d. C.”, destaca Juan Ruano, su vicerrector académico (encargado).

Sin embargo, se requiere consultar y establecer el sitio donde se desarrollará el proyecto, ya que las tierras no están a nombre de la universidad. “Hay otro fenómeno, todos los miles de hectáreas, nada está a nombre de la universidad. Todo es parte de la Ciudad del Conocimiento, tenemos que recibir indicaciones desde Quito para ver dónde lo construiremos, ya que son fondos dedicados exclusivamente para la ejecución de este museo, no pueden ser utilizados para nada más”, manifiesta Lalama.

La Universidad Yachay Tech es parte de un proyecto para crear un parque experimental con aplicación de tecnología derivada de la investigación. Foto: CORTESÍA UNIVERSIDAD YACHAY TECH

El proyecto inicial Ciudad del Conocimiento Yachay tenía 4.461 hectáreas (ha) que incluían zonas de producción técnica industrial, agroturismo e investigaciones agropecuarias y transferencia de tecnología, área distribuida en varias haciendas.

La desaparecida Yachay Empresa Pública, después llamada Siembra EP, era la que manejaba el plan desde marzo del 2014, entidad que fue liquidada y todo debería haber quedado en manos de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt), como lo dispuso el Decreto Ejecutivo 1060, del 19 de mayo de 2020, del expresidente de la República Lenín Moreno.

La Universidad Yachay Tech está dentro de este polígono y hoy tiene dos mil estudiantes que cuentan con doce aulas y cuatro laboratorios. La falta de infraestructura sería notoria cuando retorne la presencialidad ya que solo hay espacio, en el área de vivienda, para la mitad de ellos.

Más del 60 % de los estudiantes vienen de familias cuyos ingresos van desde $ 300 hasta $ 1.000, lo que implicaría que estos universitarios no repliquen el círculo de pobreza de sus padres al contar con educación superior.

“Se necesita realizar la transferencia de parte de estos terrenos. La Senescyt aún no hace la transferencia a Yachay Tech por falta de escrituras”, afirma Lalama. Una solución temporal, agrega, sería el traspaso en comodato para el uso del terreno.

Un ejemplo de la situación es que Siembra EP pagaba $ 58.000 mensuales por arrendar unas tierras productivas, un monto que no se paga en la actualidad, asevera Lalama. “Como no se sabe a nombre de quién mismo están esas tierras, eso no se ha pagado, no se sabe a quién mismo hay que pagar”.

Desde la perspectiva académica hay avances positivos. Jean Pierre Antón es uno de los alumnos en la carrera de Geología y se trasladó del cantón Pichincha, en Manabí, para vivir y estudiar en San Miguel de Urcuquí desde el 2016.

Ahora recibe clases en línea, pero antes de la pandemia su familia lo apoyaba con el pago de $ 55 al mes para ocupar una de las viviendas, uno de los polígonos que son parte de la infraestructura de Yachay Tech. El monto incluía los servicios básicos, acceso a internet y los departamentos son amueblados.

Antón obtuvo hace tres años el segundo lugar en una competencia dentro del campus para participar en un concurso regional en el que se enfrentó a proyectos de universitarios extranjeros que ya estaban por graduarse en su carrera de pregrado. “Emprendedores locales y extranjeros nos dieron charlas, se aprende un montón, es una de las experiencias que más me ha marcado”, dice.

Yachay Tech fue creada para investigar

En Yachay Tech se han entregado 3.876 becas y 54 ayudas económicas y la enseñanza es en inglés desde el segundo año. Foto: CORTESÍA UNIVERSIDAD YACHAY TECH

La Agencia Internacional Alemana donó en su momento dos millones de dólares para atender con 100.000 pruebas PCR y diagnosticar el COVID-19 en el cantón San Miguel de Urcuquí de la provincia de Imbabura. “Aquí nos llegan pruebas de todo el sector norte del país”, dice Ruano sobre lo que se hace en uno de los laboratorios de Yachay Tech.

En total 262 estudiantes entran en cada ciclo, pero hay el ofrecimiento de incrementar a 450 para el actual que inicia clases en octubre próximo, anuncia Lalama.

A partir de octubre se arranca con seis programas de maestrías en áreas de la química, medicina, informática y física.

El 6 % del presupuesto debe ser destinado para investigación. “Pero más han ayudado los fondos que han llegado desde el exterior. En el 2020 conseguimos financiamiento externo para ocho proyectos de investigación, pero finalmente hicimos 16″, según Lalama.

Ya se han graduado 356 estudiantes en carreras de pregrado y 53 están a la espera de terminar los requisitos. Más de la mitad de los graduados están en especializaciones de maestría y doctorado en el extranjero.

María Emilia Iglesias obtuvo una beca completa para hacer una maestría de dos años en la Universidad de Poitiers, en Francia, en catálisis sostenible, que son los procesos aplicados en la industria. “Es una beca extranjera, la gané por mi cuenta, pero tengo que resaltar el apoyo de los profesores de Yachay Tech en el proceso, me ayudaron con cartas de recomendación y me prepararon para las entrevistas”, dice.

Ruano es guatemalteco graduado en la Escuela Agrícola Panamericana (EAP) Zamorano. Dice que hay mucha desinformación respecto a lo que es la universidad y los logros alcanzados. “Este año no hay una semana en la que no se hayan cosechado los frutos de la calidad académica que hay en la institución. Se suele confundir lo que hizo Siembra EP con las actividades de la universidad”, asegura. (I)