Aunque pensar en que los días de vacaciones de un trabajador del sector privado pueden pasar de 15 a 30 días causa interés en la clase trabajadora, desde el análisis general hay criterios que no lo ven adecuado. Gremios de trabajadores y abogados laborales analizan esa propuesta, unos consideran que más bien es importante estimular la actividad productiva, mejorar la economía del país para la generación de fuentes de empleo.

El pasado 18 de abril, la Comisión del Derecho al Trabajo y la Seguridad Social de la Asamblea Nacional aprobó el informe para primer debate del proyecto de Ley Reformatoria al Código del Trabajo y en uno de los puntos constan que “todo trabajador tendrá derecho a gozar anualmente de un periodo ininterrumpido de treinta días de descanso, incluidos los días no laborables”.

Las vacaciones anuales para el trabajador privado podrían pasar de 15 a 30 días, según proyecto de reformas al Código del Trabajo que se analiza en la Asamblea

El artículo 69 del Código de Trabajo actualmente establece que “todo trabajador tendrá derecho a gozar anualmente de un periodo ininterrumpido de quince días de descanso, incluidos los días no laborables”.

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“Las leyes no son las que crean empleo, hay que mejorar la economía en el país. La economía es la que tiene que crear empleo, hay que ver cómo mejorar la producción y mejorar la producción es empezando desde la agricultura...”, afirma Mesías Tatamuez, presidente nacional de la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas Unitarias de Trabajadores (Cedocut).

Según Tatamuez, de cada diez ecuatorianos, tres están empleados, por lo que hay cinco millones de personas desempleadas en el país.

El también dirigente del Frente Unitario de Trabajadores señala que el incremento de las vacaciones lo que hacen es parecer al beneficio que tienen los trabajadores del sector público. “Entonces dicen por qué no el sector privado, entonces nosotros para que vea que somos conscientes y consecuentes, creo que primero lo que tiene que haber es el conjunto de la aprobación del Código de Trabajo...”.

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Para el abogado laboral Fabián Jaramillo, la reforma que se refiere a las vacaciones hay que considerar dos temas: el beneficio de los trabajadores y la existencia de fuentes de empleo.

“Hoy tenemos una escasez de fuentes de empleo. Se dice que en los últimos meses se ha contratado a miles de personas, creo que algo sí ha pasado, pero sigue habiendo la mitad de los ecuatorianos que no tienen trabajo y la falta de trabajo es porque no hay incentivo para la actividad productiva”, comenta.

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El abogado señala que la idea de aumentar el periodo vacacional por sí sola en estos momentos no va en la línea de facilitar la creación de empleos. “Cuando todos los ecuatorianos puedan trabajar creo que es viable toda fórmula que sirva para mejorar la condición de los trabajadores, pero en este rato la parte más débil de la población no es el trabajador que tiene empleo, sino el que no lo tiene... Me parece que es un momento equivocado de la historia para buscar este tipo de conquistas”, recalca.

Si bien los trabajadores públicos tienen los 30 días de vacaciones, Jaramillo dice que las circunstancias de ese sector son diferentes a la del privado y más bien se agravaría la situación económica del país y habrá más personas desempleadas.

Por su parte Andrés Madero, exministro de Trabajo y actual decano de la Facultad de Derecho y Gobernabilidad de la Universidad Ecotec, sostiene que todos los temas que incluyan reformas en las relaciones laborales merecen especial cuidado y requieren un análisis técnico, que permitan evidenciar la correcta aplicación de cambios en beneficio de la paz laboral.

Cita como ejemplo que el tener 30 días de vacaciones anuales, no solo atañe al beneficio directo al trabajador, sino que también se darán afectaciones a los presupuestos de los empleadores, lo que aumentará los costos y mermarían las utilidades.

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En ese sentido, cree que es prudente que se utilice el seno del Consejo Nacional de Trabajo, en el que están representados el Gobierno, los empleadores y los trabajadores, y que mediante el diálogo social de esas tres partes -de manera ténica, económica y jurídica- se logren los consensos necesarios que eviten mayor deterioro del empleo formal.

“La viabilidad debe ser analizada integralmente, tomando en consideración las distintas ramas de producción, los costos de producción que se verán afectados y una serie de factores que pueden verse directamente afectados por una reforma que no cuente con los insumos y consensos necesarios para justificar su pertinencia”, dice.

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Para el exviceministro de Trabajo Tito Palma, si bien habría un incremento en el costo de producción, no sería significativo si varía la forma de cálculo de la liquidación por vacaciones, que no incluiría los rubros de la remuneración integral como lo contemplan los artículos 71 y 95 del Código Laboral, sino un mes de remuneración básica como en el sector público. “En definitiva, el aumento del descanso en relación a los días laborables es de diez días”, dice.

Por lo que para el también especialista en Derecho Laboral, la propuesta de reformas a las vacaciones contribuye a homologar el descanso anual (vacaciones) de los trabajadores del sector público y privado. “Es positivo para el trabajador porque disminuye el estrés laboral, la siniestralidad, y el ausentismo, derivados de aquella. Favorece al turismo interno y a la integración familiar. Puede ser una de las medidas que permita aumentar las plazas de trabajo.

“Los mismos cuestionamientos que se hacen a las vacaciones, se lo hacían a la duración de la jornada diaria (8 horas) o semanal (40), que cada día se extiende por más paises. La medida ha sido y sigue siendo saludable y hay que extenderla ahora a las vacaciones”, afirma. (I)