Las protestas, cierres de carreteras, paros y otras movilizaciones sociales son pan de cada día a nivel de la región. El alto precio de los combustibles, que afecta actualmente al mundo, producto por un lado de la mayor demanda por la pandemia y por otro, por la escasez de producto debido a la guerra de Rusia contra Ucrania, afecta a varios países y genera problemas de gobernabilidad a gobiernos de todas las tendencias políticas.

A la par, los gobiernos buscan salidas a la crisis de los combustibles, pero no hay soluciones mágicas. Algunos han buscado bajar los impuestos a los combustibles, otros piden préstamos para subsidiar, congelamiento y focalización también están en el portafolio de vías para manejar el problema.

El régimen panameño decidió bajar el precio de los combustibles de $ 5,17 a $ 3,95 para los vehículos particulares, presionado por fuertes protestas sociales. El precio rige desde este 15 de julio. Pese a ello, las protestas no se han detenido y ya llevan dos semanas. El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, instaló este jueves una mesa de diálogo con la mediación de la Iglesia católica, aunque los principales impulsores de las protestas no acudieron.

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El Gobierno nicaragüense recibió una línea de crédito de $ 220 millones del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para enfrentar el impacto de los precios internacionales del petróleo. Foto: EFE

En estos días el gobierno de Daniel Ortega informó que Nicaragua mantendrá sobre los $ 5 el precio promedio del galón de gasolina superior y también la regular. El costo de la superior, usada en automóviles ligeros, se mantendrá en $ 5,16; y el de la regular, aplicado en automóviles de vieja data y todoterreno, continuará en $ 5,04; mientras el diésel, utilizado en el transporte de carga y colectivo, se sostendrá en $ 4,55 por galón. El exceso del costo será asumido por el Gobierno con un fondo de $ 200 millones que proviene de una línea de crédito del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para financiar un programa regional de apoyo ante el alza global de precios de los combustibles. Las protestas en Nicaragua son nulas, porque están prohibidas por el gobierno izquierdista de Ortega desde 2018.

En abril pasado, el gobierno peruano con Pedro Castillo a la Cabeza, decidió bajar los precios de los combustibles, reduciendo a su vez los impuestos que generaban su consumo.

Riesgo país sigue al alza al ritmo de problemas de gobernabilidad, caída del precio del crudo y cambios de gabinete

En El Salvador, la Asamblea Legislativa, controlada por el presidente Nayib Bukele, ha congelado los precios de los combustibles durante tres meses, hasta finales de agosto, con el objetivo de amortiguar las alzas. Para ello, los legisladores han dado luz verde a un subsidio para los combustibles por $ 20 millones mensuales, además de suspender temporalmente dos impuestos. El precio de la gasolina en este país supera los $ 4.

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En Argentina, la escasez de gasóleo se arrastra durante varias semanas y ya se ha extendido a prácticamente todas las provincias, lo que ha derivado en fuertes protestas de sectores del transporte de carga como las que este martes cortaron uno de los principales accesos a Buenos Aires. Los precios también han tenido un importante repunte, en el delicado contexto de devaluación e inflación que se vive ahí.

De acuerdo con un informe de la agencia de noticias EFE, Argentina carece de capacidad para abastecer la demanda interna, por lo que debe importar de diversos lugares del mundo, y ello a pesar de que posee el yacimiento de Vaca Muerta, la segunda mayor reserva mundial de gas no convencional y la cuarta de petróleo de este tipo. Pero el proyecto se encuentra aún en una etapa incipiente de desarrollo.

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El 13 de julio del 2022 se iniciaron las mesas de diálogo que se acordaron después de 18 día de paro nacional en Ecuador. Foto: Alfredo Cárdenas

Mientras que Ecuador acaba de salir de una violenta protesta que generó pérdidas de entre $ 500 millones y $ 800 millones al sector productivo debido a las paralizaciones, incluyendo cierre de pozos y afectaciones a exportaciones petroleras, cuyo tema central era la baja de precios de combustibles. Aunque el precio de las gasolinas regulares antes de las protestas ($ 2,55 la extra y eco y $ 1,90 el diésel) ya eran de los más bajos, el sector indígena consiguió una reducción a $ 2,40 las gasolinas y a $ 1,75 el diésel, ahora mismo la vía de solución por la que se apuesta es un proceso de diálogo entre el Gobierno y el sector indígena que pedía la reducción de los precios, para encontrar salidas al tema de los subsidios y buscar una posible focalización eficiente. La primera reunión de la mesa técnica de focalización se realizó este 13 de julio, con un intercambio de información entre las partes, en medio de un debate sobre a quiénes y cómo deben llegar los subsidios.

De acuerdo con Jaime Carrera, secretario ejecutivo del Observatorio de la Política Fiscal, el problema por los precios de los combustibles se replica en la mayoría de países de América Latina que tienen economías menos desarrolladas y cuyo ingreso per cápita hace que no puedan sostener este gasto. Sin embargo, reflexiona en que las nuestras son sociedades que se han acostumbrado a pedirle todo al Estado, pero no caen en cuenta que esos derechos que exigen vienen acompañados de responsabilidades también.

Los subsidios siguen al alza: el diésel y la gasolina ecopaís son los que más cuestan al Estado

Por ello considera que el fondo del asunto está en que vivimos en un círculo perverso en el cual, nuestras sociedades son pedigüeñas, tienen un concepto pobre del desarrollo y la producción, tienen bajos ingresos, hay inestabilidad política e ingobernabilidad. Las sociedades pedigüeñas, cuando hay tensión económica quieren que el problema se arregle ya, y como esto no ocurre viene el desencanto. Entonces exigen con violencia que finamente genera pérdidas y ahuyenta la inversión. Cuando vienen las nuevas elecciones eligen al populista que ofrece arreglar los problemas mágicamente y como, al cabo del tiempo, tampoco puede arreglar el problema, las sociedades se vuelven a levantar y este círculo es de nunca acabar, asegura. “Mientras las sociedades no maduren y entiendan la concepción de desarrollo se seguirán dando crisis y solo cuando se toque fondo, buscarán reflexionar”, dice.

Carrera explica que al momento uno de los pocos países que no tiene estos problemas es Uruguay que tiene una mejor economía y que sí puede sostener los precios elevados de combustibles.

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Entre tanto, para Oswaldo Erazo, director ejecutivo de la Cámara de Distribuidores de Derivados de Petróleo, los altos precios de combustibles a nivel mundial están llevando a los países a buscar alternativas para bajarlos. Por ejemplo, en Perú -que es uno de los países que tiene una de las gasolinas con más altos precios-, el presidente ha buscado bajar impuestos. Adicionalmente, explica que el mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, está pidiendo al Congreso que permita bajar impuestos de los combustibles.

De acuerdo con Global Petrol Prices los precios al 11 de julio en la región son los siguientes:

Precio de gasolina en la regiónEn dólares
Bolivia2,05
Colombia2,12
Ecuador2,40
Argentina3,80
Salvador4,31
México4,31
Chile4,80
Estados Unidos4,91
Nicaragua5,16
Panamá5,74
Uruguay7,59
Fuente: Global PetrolPrices

Es innegable que el precio de los combustibles sea un factor clave para los procesos inflacionarios y por ello afectan el costo de vida de la población. De ahí se desprenden los reclamos en varios países de la región. En todo caso, comenta que acá en Ecuador, con precios moderados en comparación a la región y congelados, la situación inflacionaria no estaba afectando de manera tan grave como en otras latitudes. Se espera que los procesos de diálogo en el país surtan efecto y se busque establecer subsidios focalizados que cumplan el rol de redistribuir la riqueza. (I)