Si amas comer queso debes leer esto ya y dejarte de preocuparte si piensas que consumirlo te traerá daños a tu salud.
¿Sabías que comer quesos no te causará nunca daño metabólico como si te lo puede generar el consumo de leche?
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Sí, siendo los dos productos lácteos, el queso es más saludable.
“El 44% de los suizos comen queso todos los días de su vida y tienen unos de los menores índices de obesidad en toda Europa occidental”.
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La afirmación la hace Angélica Jiménez, conocida en redes como la Doctora Metabólica.
Jiménez es médica cirujana especialista en medicina funcional y nutrición clínica.
Por qué son diferentes la leche y los derivados lácteos
Enfatiza que en Suiza se acostumbra a convertir la leche en derivados lácteos –llámense quesos, nata, suero, crema o yogur- pero es poco frecuente que consuman leche, sobre todo la población adulta.
La Dra. Angélica Jiménez detalla que la leche es 67% lactosa y galactosa, que son azucares.
Y la deslactosada tiene lactasa, para que no te caiga mal, indica.
La leche no tiene ninguna adición que modifique su composición natural ya sea líquida o en polvo, refiere la empresa láctea El Rodeo.
Sin embargo, “cuando a la leche le colocan bacilos para convertirla en derivados lácteos esos pequeños bacilos se comen toda la azúcar y nos dejan todo lo bueno que son las grasas y la proteína de los derivados lácteos”.
Por eso la leche y los derivados lácteos son alimentos completamente diferentes.
En el Codex Alimentarius definen a los lácteos como un producto obtenido mediante cualquier elaboración de la leche y que contiene caseína, grasa, suero de leche, agua para uso y consumo humano, además de grasas de origen vegetal en cantidades necesarias, amplía The Food Tech.
“No comas queso falso”
Deja de comer queso falso, señala la Doctora Metabólica.
“Ese queso falso es una mezcla tóxica de grasas vegetales industriales con colorantes y saborizantes. No a esa salsa Cheddar, no a esas lonjas amarillas de grasas. Come queso que sí sea queso”, pide Jiménez.
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Para reconocer un queso falso en el site Contexto Ganadero informan que “los quesos falsos lucen sospechosamente” lisos, planos y perfectos, casi como plástico.
Añaden que si calienta un queso verdadero, este se gratina formando una superficie lisa y chiclosa, mientras que los adulterados pueden tener una textura arenosa y poco apetitosa. (I)