Nos sorprendió a todos en casa. Nos estaban cortando la luz por falta de pago. Creíamos haberlo hecho, pero no era así. La paciencia del empleado y un pago en línea evitaron el bochorno de ser mal pagadores y quedarnos algunos días sin luz.
¿Pero quién pagará la deuda que tenemos con la tierra en que vivimos? ¿Alguien esperará o ya no hay vuelta atrás?
El mes de julio de este año fue el mes más caluroso desde que hay registros, y se estima que será el más caluroso desde el surgimiento de nuestra civilización, a menos que de aquí a fin de año superemos nuestra propia marca.
Y el 28 del mismo mes sobregiramos todos los recursos que la Tierra es capaz de consumir en un año, excediendo en un 74 % la capacidad de los ecosistemas en recuperarse.
La realidad nos golpea y no podemos negarla ni evitarla: cada año se consumen los recursos de casi dos planetas Tierra. Necesitamos este año 1,75 planetas para satisfacer las demandas de recursos naturales a nivel global. Sin embargo, no todos los países consumen lo mismo: países como Qatar o Luxemburgo lo hicieron a mediados de febrero; Estados Unidos, Canadá y los Emiratos Árabes Unidos lo hicieron el 13 de marzo.
Si todo el mundo viviese como los qataríes, necesitaríamos 8,2 Tierras para cubrir su explotación del ecosistema.
Si intentáramos hacerlo como los estadounidenses, necesitaríamos 5,1 Tierras para cubrir esas demandas.
Y sin embargo no muchos de nosotros los tienen como países a imitar en cuanto a desarrollo y adelantos.
Curiosamente una de las razones que se esgrimen para decirle No al Yasuní es que si no sacamos nosotros el petróleo que su subsuelo guarda lo hará el país vecino. Además de que se requerirá una tecnología de extracción horizontal que no sé si existe, personalmente me parece un razonamiento parecido a si todos los hacen por qué no lo haría yo.
Está en juego el modelo de desarrollo que queremos y nuestra comprensión del planeta como un todo. Aunque los países más pobres no son los que más explotan los recursos naturales, igual sufren las consecuencias de los que con su avanzada tecnología lo hacen.
El mes de julio de este año fue el mes más caluroso desde que hay registros...
La tierra no reconoce las fronteras que nosotros ponemos, ni los puntos y rayas que marcan los límites de nuestros países en los mapas y globos terráqueos. Harari en su libro 21 lecciones para el siglo XXI sostiene que durante miles de años el Homo sapiens se ha comportado como un asesino ecológico en serie, ahora se está transformando en un asesino ecológico en masa y si continuamos con esta trayectoria no solo se llegará a aniquilar un gran porcentaje de todos los seres vivos, sino que también podrían debilitarse los cimientos de la civilización humana. Tenemos la responsabilidad moral, ética de pensar globalmente, no solo localmente y decidir en consecuencia.
La urgencia y la rapidez que parecen abarcar nuestra manera de relacionarnos con las personas y el mundo que nos rodea choca con la paciencia y tiempo que los procesos biológicos de la Tierra requieren. Tiempo para convertirnos en humanos, para que los árboles se conviertan en bosques, Tiempo que casi no nos que-
da para pagar la deuda ecológica que mantenemos con nuestra propia nave espacial, esta tierra amada que nos pare y nos cobija. (O)