La tenaza continúa apretando. Uno de sus brazos, el que actúa en la Asamblea, se movió ágilmente en los últimos días. En modo acelerado sustituyó a la presidenta, destituyó a la segunda vicepresidenta y llenó los cargos que quedaron vacantes en el Consejo de Administración Legislativa (CAL). Sin mayor problema, el trío contra natura de correístas, Pachakutik y socialcristianos se alzó con el control del Poder Legislativo. Para que no quede duda sobre el cordón que les une, su primera acción fue poner a caminar un zombi de la ley de comunicación de los años oscuros (como si supieran, en su admirable mediocridad, que los extremos de las tenazas se denominan mordazas).

El asunto de fondo es la toma de los órganos de justicia. La palabra clave es impunidad.

El otro brazo fue activado desde Guayaquil con la propuesta de Nebot de instaurar un régimen federal. Ni más ni menos que una reforma integral del Estado. Seguramente contagiado por sus socios del momento, le llegó el virus de la refundación que hasta ahora afectaba exclusivamente a las izquierdas portadoras del síndrome de Adán. Lo hizo sin preámbulos y, sobre todo, sin contenidos. Seguramente tomó conciencia de esto, ya que se vio obligado a grabar un vídeo aclaratorio. Allí quedó claro que su federalismo consiste exclusivamente en la transferencia de recursos hacia los Gobiernos locales desde el Gobierno nacional (que él denomina Estado central, como si Ecuador ya tuviera varios Estados). Aclara que esos recursos irían exclusivamente a infraestructuras y no a gasto corriente; o, en términos sencillos, no habría plata para sueldos y salarios. Por tanto, en ese mágico federalismo se construirían maravillosas escuelas, pero no habría con qué pagar a los maestros y tampoco tendrían remuneraciones los médicos que decidan hacer apostolado en los modernos hospitales. Sin duda, más sencillo y mucho más útil para la campaña de las señoras que irán a la reelección en la Prefectura y la Alcaldía habría sido un vídeo de tecnocumbia o de técnicas para alcanzar el nirvana.

Los siguientes pasos están programados y los cumplirán eficazmente no solo porque ya controlan el CAL, sino que ya sobrepasan la mayoría absoluta en el pleno de la Asamblea. El primero de esos pasos será el juicio político al ministro del Interior por su actuación en la contención del golpe que estuvo programado para junio. Para ello cuentan con la ingenuidad y la torpeza de muchos que, sin formar parte de la alianza de las tenazas, se dejan embarcar en esta porque navegan con bandera de pendejos. El desenlace será más rápido si se considera que estos añaden a este atributo el temor a ser tachados de gobiernistas o de defensores de los banqueros y del imperialismo (norteamericano, por supuesto, no del chino, ese no se toca). En cualquier momento se sumarán a los otros para una votación masiva, como la que hubo para la amnistía.

El problema no es la supervivencia del Gobierno de Guillermo Lasso, que aparentemente tiene poco interés en mantenerse. El asunto de fondo es la toma de los órganos de justicia. La palabra clave es impunidad. Los corruptos y corruptores no pueden esperar hasta las elecciones generales de 2025; tiene que ser ahora. Los veremos moverse ágilmente en las próximas semanas y, obviamente, siempre contarán con la ayuda invalorable de Leonidas Iza. (O)