La geopolítica energética se ha convertido en un tema central en el mundo actual, y es especialmente importante en la era de la sostenibilidad, donde la lucha por el poder y la influenciaen los mercados energéticos mundiales es cada vez más intensa. En este artículo, examinaremos el nuevo orden mundial que se está configurando en el ámbito energético, con un enfoque particular en la Agenda de los 30 objetivos de sustentabilidad 2030 y la lucha por la supremacía entre el dólar estadounidense y el yuan chino.

La Agenda de los 30 objetivos de sustentabilidad 2030

En septiembre de 2015, los Estados miembros de las Naciones Unidas adoptaron la Agenda de los 30 objetivos de sustentabilidad 2030, un plan de acción global para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos. La Agenda establece 17 objetivos y 169 metas para ser alcanzados en los próximos años, con un enfoque en la sostenibilidad económica, social y ambiental.

Uno de los objetivos clave de la Agenda es el número 7: Energía asequible y no contaminante. El objetivo busca garantizar el acceso a la energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos, al tiempo que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y se fomenta la innovación y la eficiencia energética.

Para lograr este objetivo, se deben tomar medidas para aumentar la participación de las energías renovables en la matriz energética global, reducir la dependencia de los combustibles fósiles y mejorar la eficiencia energética en todos los sectores. También es fundamental fomentar la cooperación internacional para el intercambio de tecnología y conocimientos, y apoyar el desarrollo de sistemas energéticos más limpios y eficientes en todo el mundo.

La energía de los combustibles fósiles y su impacto en la sostenibilidad

Aunque la Agenda de los 30 objetivos de sustentabilidad 2030 tiene como objetivo reducir la dependencia de los combustibles fósiles, todavía representan una gran parte de la matriz energética mundial. Los combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón son una fuente importante de energía para la mayoría de los países, y a menudo se utilizan para generar electricidad y propulsar vehículos y maquinarias.

Sin embargo, el uso de los combustibles fósiles tiene un impacto significativo en la sostenibilidad, ya que emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático y afectan la calidad del aire y del agua. Además, la extracción, producción y transporte de combustibles fósiles pueden causar graves impactos ambientales y sociales, como la deforestación, la contaminación del agua y la violación de los derechos humanos.

Por lo tanto, es importante avanzar hacia un futuro energético más sostenible y reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Esto implica aumentar la inversión en energías renovables y tecnologías limpias, mejorar la eficiencia energética y fomentar la transición hacia sistemas de transporte más sostenibles, y políticas publicas enfocadas a fortalecer la justicia climatica.

La lucha por la supremacía entre el dólar estadounidense y el yuan chino

Otro aspecto clave del nuevo orden mundial energético es la lucha por la supremacía entre el dólar estadounidense y el yuan chino. Durante décadas, el dólar ha sido la moneda dominante en los mercados energéticos internacionales, utilizada para la mayoría de las transacciones de petróleo y gas a nivel mundial. Sin embargo, en los últimos años, China ha estado trabajando activamente para desafiar la hegemonía del dólar y promover el yuan como una alternativa viable.

En 2017, China lanzó su propia bolsa de petróleo, la Shanghái International Energy Exchange, que permite a los inversores comprar y vender petróleo crudo en yuanes. Además, China ha firmado acuerdos con varios países, incluidos Rusia e Irán, para utilizar el yuan en las transacciones de petróleo y gas. Estos movimientos son vistos como una estrategia de China para diversificar sus reservas internacionales y reducir su dependencia del dólar estadounidense.

Sin embargo, Estados Unidos sigue siendo el principal productor de petróleo y gas en el mundo, y su economía sigue siendo la más grande del mundo. Además, el dólar sigue siendo la moneda de reserva mundial y es ampliamente aceptado en los mercados internacionales. Por lo tanto, es poco probable que el yuan reemplace al dólar como la moneda dominante en los mercados energéticos en el corto plazo.

Conclusión

En conclusión, el nuevo orden mundial energético está siendo moldeado por una serie de factores, incluida la Agenda de los 30 objetivos de sustentabilidad 2030, la lucha por la sostenibilidad y la transición hacia sistemas de energía más limpios y eficientes. También se está librando una batalla por la supremacía entre el dólar estadounidense y el yuan chino, con China trabajando activamente para desafiar la hegemonía del dólar y promover el yuan como una alternativa viable en los mercados energéticos internacionales. A medida que avanzamos hacia un futuro más sostenible y equitativo, será importante abordar estos desafíos y trabajar juntos para crear un sistema energético global más justo y sostenible para todos.