Se lo dije en persona al presidente Moreno, el lunes 26 de febrero de 2018, en que, correspondiendo a una invitación suya, lo visité en Guayaquil.

Le expliqué que hay cientos de macroproblemas pendientes, porque sobran quienes privilegian poner trabas o pretextos, lo que además se puede prestar para la corrupción, en lugar de viabilizar soluciones, que no necesariamente significan girar cheques u ordenar transferencias en días inmediatos.

¿Quieren que fracase Moreno? o ¿simplemente, se trata de una deformación burocrática?

Su respuesta fue: “coincidimos”.

La verdad sobre todo

Más que el monto de la deuda pública, le puntualicé, importa la honestidad.

¿A cuánto va a ascender, una vez que se corrijan los fraudes de información?, posiblemente a más de setenta mil millones de dólares, algo más del 70% del PIB, a marzo del 2018.

Correa le advierte a Moreno que si dice la verdad, y le obligan al techo del 40% del PIB, “ le exigirán que no se endeude más, con lo cual colapsaría el Gobierno”.

La diferencia entre Correa y Moreno debe ser la honestidad para informar.

El primero prefirió informar fraudulentamente sobre la deuda pública. El Decreto 1218, al colocar toda la deuda interna con el IESS y otras entidades públicas, consolidándola, para ocultarla, retirándola de la información de deuda interna –como que si todo estuviera en “un bolsillo de payaso”–, y la manipulación con juego de palabras sobre la deuda a corto plazo, es un capítulo del fraude informativo, porque hay otros, como los de las falsas preventas de petróleo.

Moreno, partiendo de la verdad, debe plantear un proceso de transición, que debe aceptar la Asamblea, para con un plan económico, en un tiempo razonable, ir disminuyendo la deuda pública.

Moreno merece que se le reconozca su honestidad, si lo hace.

Los fondos de reserva del Magisterio

En el correato no se pagaron los fondos de reserva del Magisterio sobre la remuneración integrada, hasta el 2009, sino solo sobre el básico –sustancialmente menor que el sueldo integrado–.

Hay resoluciones administrativas y fallos contenciosos administrativos, a favor de los maestros. No hay dinero para pagar de inmediato, pero hágase un calendario, sin intereses ni multas.

El presidente ha ordenado trabajar sobre este tema.

Hay otros temas pendientes de los maestros, como su Fondo de Cesantía, con liquidez e inversiones muy bien administradas, que se lo llevó Correa.

El hospital universitario

En el correato se invirtió mucho dinero en infraestructura física hospitalaria –con fuerte peso de crédito, en beneficio de empresas chinas– también en equipamiento, no siempre de calidad.

En mayo del 2013, por no poder inaugurar hospitales ofrecidos, bajo presión del expresidente Correa, las entonces autoridades de la Universidad de Guayaquil le entregaron en dominio a título gratuito su Hospital Universitario, que fue financiado en su construcción y equipamiento por la empresa privada de Guayaquil con un impuesto recaudado, para ese fin, desde 1970; y que se sigue pagando –más/menos USD 10 millones al año– a pesar de que el Estado se llevó el hospital y se está llevando y gastando la liquidez, sin que la comunidad universitaria –hasta ahora– se levante por su dignidad.

Las derivaciones

Igual se activaron las derivaciones al sector privado de la salud, incluyendo la Junta de Beneficencia y la Sociedad Protectora de la Infancia.

En la relación cuasi incestuosa que los unió, no en el significado sexual, entre el Ejecutivo y el contralor Pólit, sino porque se suponía que la Contraloría debía auditar y podía establecer responsabilidades sobre el Ejecutivo, no someterse a este, cuando se dieron cuenta de que la facturación llegaba a cientos de millones de dólares, en junio del 2016, decidieron en concierto escandalizar y acusar “robo descarado” (…), “un atraco”, al IESS, por USD 503,5 millones, suma igual al cien por ciento de todo lo facturado por el citado sector privado, además auditado, en el respectivo período del examen especial. O sea, no habría habido una sola atención bien hecha.

¿Hubo irregularidades?, seguro que sí, pero nunca por el 100%. La muestra, en el único caso que entregaron la información total, no llegaba al 1% de la facturación, por lo tanto nada representativa.

Pólit, con “viveza criolla”, dejó la puerta abierta, ordenó imperativamente que el IESS, los prestadores y la empresa auditora médica que había aprobado la facturación glosada en el 100%, revisen expediente por expediente de paciente atendido, prestación por prestación, para establecer la procedencia de las glosas. O sea la aplicación del cacho, “se cortará un testículo a los que tengan tres”, pero “primero se corta uno y después se cuenta si había habido tres”.

Han transcurrido 21 meses, nunca se han instalado las comisiones, porque tienen claro que las glosas del 100% son falsas. Se han acumulado más derivaciones y más facturas por tramitar.

A la empresa auditora médica le devolvieron el 100% de las garantías. ¡Qué extraño!

El presidente Moreno ya se reunió con la Junta de Beneficencia y Solca. Gracias.

Viabilicemos los pagos, hágase abonos y aváncese en la verificación y validación de las facturas. Que se sancione cualquier ilícito, pero aclárense las cifras.

¿Tiene cáncer?, llame a un abogado

El equipo de salud que debe autorizar medicamentos para enfermedades que podrían tener riesgo terminal, es muy exigente, piensa que los laboratorios usualmente generan expectativas que no son ciertas. Se demoran meses en tramitar pedidos de autorización para su adquisición, agudizándose el riesgo de agravamiento y muerte, salvo que lo ordene un juez.

Por eso, con el diagnóstico, ¿habrá que ir donde un abogado?

¡Qué absurdo! ¿No sería lógico que actúe una verdadera comisión científica y técnica que, por un lado, califique los medicamentos que podrían ser procedentes; y, por otro, para cada caso específico, en 48 horas, se pronuncie sobre su uso? (O)

¿Quieren que fracase Moreno? o ¿simplemente, se trata de una deformación burocrática?