Las intervenciones policiales y militares se mantienen desplegadas en centros carcelarios de Guayaquil, entre esos la Penitenciaría del Litoral, a fin de tomar el control total y, con ello, golpear las operaciones de los grupos de delincuencia organizada ahora considerados terroristas, según Decreto 111.
Estos procesos se cumplen durante el vigente estado de excepción, que se extiende durante 60 días y con posibilidad de ampliarse otros 30 días más.
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El general Víctor Herrera, jefe policial de la Zona 8 de Policía (Guayaquil, Durán y Samborondón), indicó que en una primera fase de incursiones, que se iniciaron el 8 de enero anterior, se ha tomado el control en un 90 % de los espacios carcelarios, en coordinación con militares y el ente competente del sistema penitenciario, SNAI.
En la primera etapa se aplican operativos con el fin de cortar comunicaciones y desarmar a los grupos delictivos, mientras en las calles también se despliegan capturas de objetivos de mediano y alto valor para aplacar el auge delictivo y neutralizar a las bandas.
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Herrera expuso que en Guayaquil hay 11.232 presos, y hasta ahora se ha tomado el control de la mayoría de espacio de las áreas de los reclusorios con intervenciones en la Regional y la Penitenciaría. Aún faltan espacios de la cárcel de mujeres y el Centro de Detención Provisional (CDP), dijo.
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En esta fase inicial, además, se dan traslados y cambios de pabellones a los reos. Primero se lo hizo en la Regional y ahora sigue con estas acciones en la Penitenciaría.
Actualmente hay redistribución de los presos según el nivel de peligrosidad, sin permitir lo que hacían antes, esto es, de acuerdo con el grupo delictivo, dijo Herrera. Esa acción se aplica en coordinación con SNAI y Fuerzas Armadas.
“Y no permitir lo que se daba antes, que prácticamente esto se convirtió en un centro de operaciones de grupos delictivos”, dijo Herrera a este Diario.
Además, expuso que el control de las cárceles se refleja en la disminución de muertes violentas en las calles, con una reducción del 80 % de casos.
“Ahora hay contención; eso se está evidenciando porque tenemos un cambio de muertes violentas”, agregó.
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Según datos de la Policía, en la primera semana del año hubo 100 muertes violentas; luego, en la segunda, en que se estableció el estado de excepción, bajaron a 40; y en la tercera cayeron a 20.
Para la Policía, al menos el 50 % de delitos, como asesinatos, extorsiones y secuestros, se origina en los complejos carcelarios.
En un reciente decomiso, en un lote de 52 teléfonos celulares se dio cuenta de que los reos daban indicaciones para que otras personas cometan delitos en las calles.
“No se presume: se entiende y se tiene certeza de que el punto de inflexión son las cárceles. Hemos podido determinar que si no es la mitad o más de los delitos que se daban en la ciudad eran dando disposiciones (desde cárceles), a través de los celulares”, insistió Herrera.
En una segunda fase, el jefe policial dijo que las unidades militares y policiales seguirán en estos sitios con el fin de aplicar una contención de la situación.
Entre las intervenciones de cárceles, el personal militar también realiza el uso de equipos especiales para detectar caletas y túneles que podrían servir para ocultar o ingresar artículos prohibidos.
En las calles y sectores conflictivos, la Policía también realiza incursiones para tomar control de sectores, atrapar objetivos de alto valor y neutralizar a los grupos considerados terroristas.
En esta jornada de miércoles, dos cabecillas de Los Fatales fueron capturados en una operación contra delitos de asesinatos, extorsiones y microtráfico. (I)