Aunque no es un hecho usual en la diplomacia, una exfiscal general representará los intereses de Ecuador en Argentina, como es el caso de la abogada Diana Salazar Méndez.
Ella llega a esta función en una coyuntura de cordialidad que reviste a las relaciones entre Ecuador y Argentina, cuyos dos presidentes, Daniel Noboa y Javier Milei, respectivamente, profesan una política económica de derecha y son, en América del Sur, aliados de Donald Trump, presidente de los Estados Unidos.
Los hechos ocurrieron con una discreción propia de la diplomacia. El 20 de mayo de 2025, Diana Salazar informó de su renuncia en un video y la notificó a la Asamblea Nacional a las 10:37.
Al siguiente día, Daniel Noboa la designó embajadora de Ecuador en Argentina, en donde nació su segunda hija, Julia, el 4 de diciembre de 2024.
Su formación académica no fue la diplomacia, sino la de agente fiscal, su designación es parte de la ‘cuota política’ que permite la Ley Orgánica del Servicio Exterior (LOSE) a los jefes de Estado.
En el artículo 84 se establece que este tipo de nombramientos no pueden exceder el 20 % del total efectivo de los funcionarios. Pero quienes sean escogidos deben ser mayores de 35 años, de reconocidos méritos, que hayan prestado relevantes servicios a la República.
Sus misiones
En Argentina estarían más de 5.000 ecuatorianos instalados, tomando en cuenta que, según datos del Consejo Nacional Electoral (CNE), 4.914 estaban empadronados para votar en las elecciones nacionales de febrero y abril del 2025.
Salazar estará allí para defender sus intereses.
La ley da doce encargos a los jefes de misiones diplomáticas, entre las principales: representar al Estado conforme a los tratados, convenios, las leyes y la costumbre internacional; proteger los intereses nacionales, dentro de las limitaciones establecidas por los tratados, la ley y el derecho internacional; cumplir las instrucciones del ministro de Relaciones Exteriores y colaborar con este para el mejor desempeño de las funciones.
Entre otras, mantener y fomentar la armonía y las relaciones amistosas; fomentar el comercio...
El catedrático de la Academia Diplomática Gonzalo Ortiz Crespo profundiza en que la principal misión de la ahora embajadora, además de representar y defender los intereses de su país, es la de estar atenta a lo que sucede en la Argentina en el ámbito político, económico y cultural.
“Tendrá que tratar de relacionar a los dos países... fomentar que en Argentina se conozca bien la situación política del Ecuador, las oportunidades económicas y comerciales que hay entre los dos pueblos y también lo cultural. Por ejemplo, qué representación puede llevar del Ecuador hacia allá. Que se entiendan las costumbres, la gastronomía, sus escritores, sus pintores y demás”.
Destaca este detalle, porque la cultura es como el soft power (poder blando) entre los países y su efecto es facilitar el acercamiento. “Por eso es importante que se tenga en cuenta lo cultural. ¿Cómo se hace esa representación? Ya depende de cada embajador, pero en primer lugar tiene que estar en contacto con todos los ministerios o, al menos, los más importantes de allá”.
“Los embajadores suelen trabajar en una amistad con los ministros, los representantes de las principales fuerzas políticas, tanto de la oposición como del oficialismo, y hasta con los medios de comunicación”, sugiere Ortiz.
Otra arista en la que tendrá tareas es en el fomento del comercio.
Un balance hecho por la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor) refleja que, en 2024, el comercio no petrolero dejó un saldo desfavorable de $ 427 millones a Ecuador, ya que las importaciones tuvieron “mayor preponderancia que las exportaciones”.
En números, las exportaciones alcanzaron $ 278 millones en 2024, lo que significó apenas un incremento del 8 % frente al 2023.
De acuerdo con la agencia comercial, Ecuador exporta hacia Argentina unos 140 productos y los cinco principales son banano y plátano, conservas de atún, preparaciones alimenticias, derivados de cacao, grasas y aceites vegetales, que concentran el 90 % de las exportaciones.
A diferencia de que las importaciones desde Argentina subieron en un 39 % el año anterior, siendo el alimento para animales la primera con una inversión de $ 365 millones para Ecuador.
Adicionalmente, se importaron cereales, productos farmacéuticos, vehículos y sus partes, y productos químicos orgánicos, que concentraron el 85 % de importación no petrolera.
‘Altibajos’
Las relaciones diplomáticas entre ambas naciones han tenido “altos y bajos”. En la gestión de Rafael Correa (2007-2017) fluían por su afinidad ideológica con los exmandatarios Néstor Kirchner y Cristina Fernández, recordó el internacionalista y académico Carlos Estarellas.
Con el expresidente Lenín Moreno hubo un cruce de declaraciones con el exmandatario Alberto Fernández, quien lo criticó por distanciarse de Rafael Correa.
Con Guillermo Lasso, en cambio, hubo un enfriamiento de las relaciones cuando desde la Embajada de Argentina en Quito, en marzo de 2023, huyó hacia otro país María de los Ángeles Duarte, exministra del correísmo, sentenciada por hechos de corrupción y buscada por la justicia ecuatoriana.
En la actualidad, las “relaciones parecería que van a fluir, porque hay principios muy parecidos entre los presidentes Noboa y Javier Milei” y la exfiscal “es una persona inteligente y preparada” que podrá sostener esa amistad.
Hay algo que no se conoce mucho, cuenta Estarellas, y es que Salazar ha tenido acercamientos con la diplomacia, ya que representó al Ecuador en la Corte de Arbitraje de La Haya. “Ella ha estado relacionada en el mundo diplomático. Incluso, tuve algunas reuniones con ella en la Cancillería, por ejemplo, cuando vino el secretario de la Corte de La Haya. Por lo que esto no es totalmente nuevo para ella”, destacó.
En su rol como fiscal general, Diana Salazar encabezó la investigación en el caso Encuentro, en el que está procesado Hernán Luque Lecaro, exdirectivo de la extinta empresa pública EMCO EP, quien fue detenido en Argentina tras una difusión roja de Interpol y aún se espera su extradición.
Ortiz explicó que la embajadora podrá hacer la gestión directamente, a través de la Cancillería argentina, para que se lo extradite.
“Ella puede insistir, dar seguimiento, puede hablar y, si se sabe que se está demorando en tal o cual oficina, extraoficialmente se pueden hacer gestiones, no ella directamente, pero sí por uno de los funcionarios de la misión”.
Diana Salazar ya no tendrá que acudir a la Asamblea Nacional a rendir cuentas de su gestión, pero sí enviará informes periódicos a la Cancillería, en donde hay una dirección específica que se encarga de los temas del Cono Sur, así también, las cosas más importantes las contará directamente a la canciller, expuso Ortiz.
Sorpresa nacional
La renuncia de Salazar impresionó, pues en un primer momento pareció que permanecería en funciones extendidas, ya que sus seis años de el cargo terminaron el 8 de abril de 2025 y el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) no elige a su reemplazo.
Dos días después de su dimisión, Daniel Noboa oficializó con el Decreto Ejecutivo 634 su designación como embajadora en Argentina.
En los considerandos del decreto se detalla que en una Letra oficial del 24 de enero de 2024, el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Argentina otorgó el beneplácito.
Es decir, un año y cuatro meses antes.
En ese periodo la exfiscal litigaba en el caso Metástasis, que involucra a altas autoridades del Estado en un delito de delincuencia organizada que lo lideraba el narcotraficante Leandro Norero (+).
En una audiencia de enero del 2024, Salazar reveló que se preparaba un atentado en su contra liderado por Fabricio Colón Pico, cabecilla del grupo criminal Los Lobos, hace poco sentenciado por intimidación a raíz de esta denuncia.
“Sí, señor juez, hemos recibido alertas de cómo están adquiriendo las mismas municiones y el mismo grupo encargado de haber asesinado a Fernando Villavicencio ha sido contratado para callar la voz de la fiscal”, dijo Salazar el 3 de enero de 2024.
Para entonces, la seguridad de la exautoridad se endureció. Su nivel de riesgo alcanzó el 100 %, así como el edificio de la Fiscalía en Quito se rodeó de tanquetas, militares, policías y mallas de metal.
Desde la Asamblea Nacional, la bancada correísta de la Revolución Ciudadana empujaba un juicio político en su contra, hasta que informó de su embarazo y que era de riesgo.
Su administración acabó el 8 de abril de 2025 y la subrogó Wilson Toainga Toainga, quien preside la Fiscalía.
Carlos Estarellas describe que el proceso diplomático se denomina beneplácito de estilo, en el que el Gobierno ecuatoriano propone el nombre y entra en un análisis del país.
“Desde la Presidencia, quizás, propusieron su nombre con anterioridad y, obviamente, la aceptación de ella ha sido con mucho tiempo de antelación”.
A criterio de Ortiz, ese beneplácito no implicó que Salazar fuera funcionaria del régimen de Noboa, porque seguía siendo fiscal.
El 26 de mayo de 2025, Diana Salazar presentó las credenciales ante la ministra Lucía Viera, directora de Ceremonial (e) de la Cancillería argentina.
Su primer mensaje fue el de profundizar las relaciones entre ambos países. (I)