Luego de casi dos años de que el empresario guayaquileño Roberto Cortés Ripalda se declaró culpable del delito de conspiración para cometer fraude electrónico en Estados Unidos, una corte de Brooklyn, en Nueva York (Estados Unidos) lo declaró culpable y lo sentenció a diez años de cárcel, al pago de $ 3,4 millones en decomiso y $ 103 millones en restitución a más de 110 víctimas.
El ecuatoriano de 58 años de edad, cofundador, copropietario y CEO de la firma internacional de asesoría Biscayne Capital, es parte del caso que lleva el mismo nombre, en el que se lo investigaba, junto con otras dos personas, de una millonaria piramidación y lavado de activos.
“Durante más de cinco años, Roberto Cortés y sus coconspiradores dirigieron Biscayne Capital como un esquema Ponzi, mintiendo a los inversionistas —incluidos los propios amigos y familiares del acusado— y causando en última instancia más de $ 155 millones en pérdidas. (...) La sentencia hará que Cortés rinda cuentas por años de mentiras y engaños”, dijo Matthew R. Galeotti, jefe de la División Criminal del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
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Según documentos judiciales, en 2005, Cortés Ripalda, de Key Biscayne, fundó la empresa de servicios financieros Biscayne Capital. Aproximadamente entre 2013 y 2018, él y otros habrían orquestado un plan para defraudar a los clientes de Biscayne Capital a través de una serie de mentiras sobre cómo la empresa usaría los fondos de los clientes.
La forma de actuar del sentenciado y sus cómplices
Por ejemplo, Cortés y sus cómplices habrían dicho a sus clientes que sus inversiones financiarían el desarrollo de proyectos inmobiliarios, cuando en realidad los implicados utilizaron el dinero para pagar a otros clientes de Biscayne Capital, cubrir gastos de Biscayne Capital y pagar ellos mismos millones de dólares. Las autoridades estadounidenses sostienen que Cortés y sus cómplices también invirtieron el dinero de los clientes sin su conocimiento y luego intentaron cubrir sus huellas proporcionando a los inversores estados de cuenta fraudulentos.
“La sentencia de hoy refleja la gravedad de la conducta criminal de Roberto Cortés al orquestar, junto con sus coconspiradores, un esquema de varios años para sostener un negocio en quiebra mientras defraudaban a inversionistas y clientes de Biscayne Capital en todo el mundo”, dijo el fiscal federal John J. Durham para el Distrito Este de Nueva York.
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Se explicó luego de la sentencia que, utilizando “pagos Ponzi ilegales”, Roberto Cortés y sus coconspiradores pudieron disfrazar y prolongar el fraude durante años hasta que Biscayne Capital finalmente colapsó bajo sus mentiras.
El empresario guayaquileño fue presentado ante las autoridades de justicia estadounidenses en marzo de 2022 y un año antes fue detenido en España. Salió libre bajo fianza, fijada en medio millón de dólares, y se le retiraron sus pasaportes.
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Cortés Ripalda es procesado junto con el ecuatoriano Ernesto Weisson Pazmiño y el uruguayo Fernando Haberer Bergson por un supuesto perjuicio de $ 155 millones a los clientes que invirtieron en el fondo. Los fiscales estadounidenses consideran que el periodo de la estafa se dio entre agosto de 2013 y abril de 2018.
Empresas analizadas
Además, por Biscayne Capital y sus empresas relacionadas, como Madison Asset LLC y Sentinel Mandate & Escrow Ltd., pasaron dineros de sobornos de Petroecuador, Seguros Sucre S. A. y la constructora Odebrecht.
“Este fue un esquema descarado y de proporciones asombrosas. El señor Cortés y sus coconspiradores priorizaron su propia codicia, robando $ 155 millones a los inversionistas. La sentencia de hoy envía un mensaje claro: seguimos vigilantes y perseguiremos enérgicamente a quienes intenten enriquecerse mediante el fraude”, declaró Kareem A. Carter, agente especial ejecutivo a cargo de IRS-CI.
Información del proceso refiere que Cortés y su coacusado Ernesto Heráclito Weisson Pazmiño fundaron Biscayne Capital en 2005 para apoyar el financiamiento de South Bay, su negocio de desarrollo inmobiliario enfocado en adquirir y demoler propiedades para construir casas de lujo. Tras las dificultades financieras de South Bay en 2007, Cortés y Weisson reclutaron inversionistas para inyectar fondos en sus operaciones. En lugar de usar esos fondos en proyectos de desarrollo inmobiliario, Cortés, Weisson y sus coconspiradores usaron la mayor parte del dinero para pagar intereses y deudas de capital a otros inversionistas.
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En Estados Unidos se tiene claro que Cortés y sus cómplices tomaron múltiples medidas para perpetuar y ocultar el esquema, incluyendo la distribución de documentos de inversión con información falsa y engañosa, el engaño a inversionistas sobre el propósito, riesgo, retorno y seguridad de sus inversiones, así como la creación y envío de estados de cuenta falsos a clientes desprevenidos.
Se resaltó que, para cuando el esquema Ponzi de Biscayne Capital/South Bay colapsó y Biscayne Capital entró en liquidación, los clientes habían perdido más de $ 155 millones.
Gracias a los Papeles de Panamá, una filtración del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), de la que fue parte Diario EL UNIVERSO, se conoció en el año 2016 sobre los sobornos que se habían pagado en Petroecuador y parte de la ruta de esos fondos. (I)