Este jueves Brasil sobrepasó la cifra de 400.000 fallecidos por COVID-19 desde el inicio de la pandemia, según informó un consorcio de medios de comunicación con base en datos de los gobiernos regionales. Mientras tanto, el país entra en una polémica sobre a la composición y utilidad de la vacuna rusa Sputnik V.

El país, el más afectado de Latinoamérica por la enfermedad, ha registrado sus últimos 100.000 fallecidos en apenas 36 días, en medio de una segunda ola de la pandemia más virulenta y letal que ha llevado al sistema público de salud al borde del colapso.

Los datos corresponden a un consorcio de los principales medios de comunicación brasileños que recopilan las estadísticas que divulgan las secretarías de Salud de los 27 estados del país.

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Brasil es el segundo país con más víctimas mortales relacionadas con el coronavirus, después de Estados Unidos, y el tercero con más infectados, con más de 14,5 millones, tras Estados Unidos e India, convertido ahora en el principal foco global de la pandemia.

La segunda ola empezó a sentirse en Brasil a finales del pasado noviembre, pero creció de forma exponencial a partir de 2021.

Entre los factores detrás de ese repentino “tsunami” de contagios y decesos están la circulación de variantes más infecciosas, entre ellas dos de origen brasileño, conocidas como P.1 y P.2, la relajación de las restricciones a la movilidad y el cansancio social.

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Esto llevó a que en los cuatro primeros meses de este año Brasil haya contabilizado más fallecidos por COVID-19 que los 194.949 registrados en todo 2020.

Mientras pasa esto, las autoridades del país han creado un conflicto con el fabricante de la vacuna rusa Sputnik V.

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El regulador de medicamentos de Brasil, Anvisa, decidió detener la importación de la vacuna anticovid rusa tras determinar que los lotes enviados portaban una versión viva de un virus común que causa el resfriado. Dijo que era un adenovirus capaz de replicarse.

En una presentación divulgada en internet, Anvisa indicó que esto probablemente había ocurrido debido a un problema de fabricación llamado recombinación, en el que el adenovirus modificado había recuperado los genes que necesitaba para replicarse mientras se cultivaba dentro de células humanas modificadas en un laboratorio.

Científicos estadounidenses respaldaron la decisión de los brasileños.

Angela Rasmussen, investigadora de la Organización de Enfermedades Infecciosas y Vacunas de Canadá, describió el problema como una cuestión de control de calidad, más que como algo inherente a la tecnología de la vacuna.

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Los científicos de Anvisa anunciaron su decisión tras evaluar la segunda dosis de la vacuna rusa, pero no evaluaron la primera inyección.

Esto se da luego de que el lunes negaron una solicitud de varios estados del noreste de Brasil para adquirir más de 30 millones de dosis de la vacuna Sputnik V. El Gobierno federal ha ordenado adicionalmente 10 millones.

Los desarrolladores de la vacuna rusa anticovid, Sputnik V, iniciarán en Brasil un proceso judicial de difamación contra el regulador sanitario de ese país por difundir información “falsa e imprecisa” sobre el preparado.

“Después de admitir el regulador brasileño Anvisa que no ha testado la vacuna, Sputnik V está iniciando un proceso judicial de difamación en Brasil contra Anvisa por difundir intencionalmente informaciones falsas e imprecisas”, señaló el Fondo de Inversiones Directas de Rusia (FIDR) en un tuit de la cuenta del preparado ruso.

De acuerdo con los desarrolladores de Sputnik V, el regulador hizo declaraciones “incorrectas y engañosas sin haber testado la vacuna”, y está desechando la carta oficial del Centro Gamaleya, donde fue creado el fármaco, de que no hay ningún adenovirus capaz de replicarse (RCA) y que “solo se utilizan vectores no replicantes desprovistos del (gen) E1”.

Los desarrolladores de la vacuna rusa —registrada en más de 60 países— rechazaron el miércoles las críticas brasileñas al afirmar que carecen de base científica y al opinar que la decisión de no permitir la importación del preparado tiene un “carácter político”.

“La calidad y la seguridad de Sputnik V están garantizadas, entre otras cosas, por el hecho de que, a diferencia de otras vacunas, utiliza una tecnología de depuración de cuatro fases que incluye dos etapas de purificación cromatográfica y dos etapas de filtración de flujo tangencial”, señalaron el miércoles en un comunicado.

Esta técnica, añaden, “ayuda a obtener un producto altamente purificado que también se somete a un control obligatorio que incluye el análisis de la presencia de RCA o de cualquier aditivo”. (I)