“Suerte a los que se quedan”. Así se despidió el 29 de septiembre del 2021, en su cuenta de Twitter, al salir de la Alcaldía de Quito, Jorge Yunda, del Municipio capitalino, una vez que dejó definitivamente el cargo tras una decisión de la justicia constitucional.

Los que se quedaron eran 9.965 empleados municipales, según el distributivo de personal al 31 de agosto de ese año, tal como consta en la página web de la institución, en la sección transparencia.

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A Yunda lo reemplazó el vicealcalde de la época, Santiago Guarderas, quien en mayo entregará el mando municipal al alcalde electo, Pabel Muñoz.

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Al 28 de febrero de este año, en la nómina municipal había 10.533 empleados, a enero hubo 10.396.

Sin embargo hay más de 20.000 trabajadores, pues no se incluyen otras dependencias, indicó Fernando Carrión, arquitecto y urbanista, quien hace investigaciones de la ciudad.

La información de la nómina municipal es actualizada mensualmente.

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Al cierre del 2022, 10.503 trabajadores conformaron la nómina del Municipio de Quito, que es el doble de la municipalidad de Guayaquil y casi tres veces más que la de Loja, indicó la Fundación Ciudadanía y Desarrollo.

La entidad agregó que es la más costosa, pues el pago de remuneraciones es de aproximadamente $ 140 millones, lo que equivale a un incremento del 12 % comparado con 2020, cuando hubo 9.510 trabajadores y se destinaron $ 124,7 millones sin incluir las empresas metropolitanas.

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En el plan de trabajo de Pabel Muñoz, presentado al Consejo Nacional Electoral (CNE) con respecto a los servidores municipales, plantea cinco puntos, entre los que consta el defender la estabilidad laboral a través de una evaluación de desempeño objetiva, técnica, justa y que motive el desarrollo de sus capacidades.

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El alcalde electo, Pabel Muñoz, ingresó a las instalaciones del Municipio de Quito para una reunión con su predecesor, Santiago Guarderas. Carlos Granja Medranda / EL UNIVERSO Foto: Carlos Granja Medranda

El Municipio de Quito tiene once empresas metropolitanas, entre ellas, de movilidad y obras públicas y de transporte de pasajeros. Además, doce secretarías, una de estas es la de movilidad. Cinco agencias, entre ellas, de tránsito, tres institutos y otras seis dependencias, como la de Bienestar Animal.

En total son 37. El presupuesto es de unos $ 830 millones.

Para Carrión, el modelo de gestión del Municipio de Quito se encuentra en una crisis muy fuerte que tiene su origen en dos antecedentes.

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El primero, explicó, es que se impulsó la alianza público-privado que generó un conjunto de empresas municipales y fundaciones.

Agregó que en la administración de Augusto Barrera (a la época vinculado al correísmo) se planteó lo contrario, es decir, lo que llamó “municipalizar la acción”, para lo cual se fortalecieron las instituciones bajo la denominación de secretarías.

Eso, agregó, tiene cinco problemas, pues la estructura administrativa actual se la mantiene:

-La cantidad de personal que existe, pues hay alrededor de 22.000 empleados con un gasto aproximado del 35 % del presupuesto en gasto corriente y no de inversión.

-Se crearon varias instituciones bajo un mismo sector, como el transporte, donde hay siete entidades.

-Un presupuesto básicamente dirigido hacia la movilidad.

-Un alto número de concejales y su participación en las comisiones del Municipio.

-Empresas municipales que no se autofinancian, a excepción de la de Agua.

“Este modelo de gestión tiene que ser reformado profundamente en la próxima administración (...) y eso le dará la posibilidad de enfrentar los grandes problemas que tiene la ciudad de Quito”, opinó Carrión, en un segmento denominado Diálogos Urbanos en redes sociales.

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El alcalde de Quito, Santiago Guarderas, entregará la administración municipal en mayo próximo a Pabel Muñoz. Carlos Granja Medranda / EL UNIVERSO Foto: Carlos Granja Medranda

El alcalde de Quito saliente, Santiago Guarderas, aseguró -sin especificar cifras- que en los 16 meses de gestión ha disminuido la nómina municipal.

Señaló que hay duplicidad de funciones en algunas instituciones que podrían ser fusionadas y están trabajando en un estatuto orgánico y en una estructura del Municipio que serán instrumentos que le podrán permitir a Muñoz tomar decisiones sobre el talento humano.

Para el alcalde actual, la nómina de trabajadores “es muy amplia”, pues se implementó desde 2014 hasta el 2020.

Al preguntarle si planteaba disminuirla más, Guarderas respondió que se requiere de un estudio y de recursos, porque cuando se decide desvincular personal debe haber los recursos para indemnizar.

Carrión propone una reorganización administrativa y redistribuir a los funcionarios. Plantea, por ejemplo, fusiones en las entidades que se dedican a recolección de basura y a la disposición de desechos.

Además, que las secretarías sean entes de regulación de un sector como la de movilidad que defina la política pública en el área.

Con ello considera que no habrá duplicidad de funciones.

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A criterio del exalcalde capitalino por dos ocasiones, Paco Moncayo, Quito no saldrá adelante si es que no hay una visión clara del modelo de gestión con participación ciudadana que vigile la gestión pública, y del modelo de ciudad donde haya lo que llamó “múltiples centralidades”.

Eso, sostuvo, porque la zona de los Chillos no es lo mismo que Tumbaco, Calderón o Quitumbe, por sus realidades geográficas, sociales, económicas. (I)