Mauricio Salem ya fue gerente de BanEcuador y fue entonces cuando ayudó a implementar la línea de crédito del 1% a 30 años plazo. Cuenta que vuelve al Banco para continuar tanto con los procesos que se inició para mayor acceso al crédito, como con la lucha contra la corrupción. Asegura que él ha salido de su zona de confort que estaba durante 22 años en el sector privado, para apoyar al presidente Guillermo Lasso en su plan de ayudar a los sectores más olvidados por anteriores Gobiernos a acceder al crédito. Asegura que se cumplirán los acuerdos a los que se llegaron en la mesa de banca con el sector indígena, pero sobre nuevos pedidos en torno a la condonación de deudas de hasta $ 10.000 explica que se debe analizar su viabilidad, para no afectar los depósitos de la gente (pequeños productores, gente que recibe el bono, jubilados, entre otros) que ha confiado en el Banco.

¿Cuáles son las metas y objetivos con los que usted regresa a BanEcuador?

Lo que está en la hoja de ruta es una continuación de lo que veníamos haciendo en la gerencia general del Banco cuando, en poco tiempo, se implementó la línea de crédito emblemática del 1% a 30 años, que está en vigencia y con la que hemos atendido a casi 40.00 nuevos beneficiarios. Esta nueva visión de banca pública significa eliminar una práctica de gente que aprovechaba de nexos y vínculos para beneficiarse de sus recursos. Estos dineros que debían estar destinados a la base de la pirámide productiva, terminaban en pocas manos. Así, desde el 24 de mayo del 2021, a través del BanEcuador se han colocado $ 535 millones en distintas líneas de crédito y se han atendido a 131.000 nuevos beneficiarios. Antes esos mismos $ 500 millones hubiesen llegado a 100 manos y ahora estos $ 500 millones llegan a 131.000 personas. Tenemos un promedio de crédito muy apuntado a la base para poder democratizar el acceso al capital. Lo otro que estamos combatiendo muy duro es a la corrupción enquistada específicamente en BanEcuador, que no necesariamente apunta a funcionarios, sino hacia operadores externos que han aprovechado de los vínculos que han tenido en el Banco a través de la historia y han vivido de la necesidad de la gente. Pero ahora se les acabó la fiesta. Hoy les puedo garantizar que le vamos a dar guerra sin cuartel. Estamos en franco combate a la corrupción, a los uñas largas y mentes oscuras que han estado acostumbrados a entrar a la banca pública para lucrar de ella. Les estamos respirando en la nuca. Pedimos a la ciudadanía que denuncien en la línea 1800 delito. Hay que denunciar a estos malos ciudadanos que en vez de estar en la vereda del banco deberían estar en la cárcel.

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¿Por qué hablamos de grandes créditos que llegan a pocas manos, si se supone que en BanEcuador se dan créditos pequeños, no como el CFN que sí se daban millonarios créditos?

Ese es el criterio que la ciudadanía y hasta yo mismo tenía antes de llegar a BanEcuador. Pero el límite de un crédito de BanEcuador es de $ 3 millones. Así en 20 personas de $ 3 millones estaríamos hablando de $ 60 millones. Hoy ese monto sirve para unos 30.000 ciudadanos. Le estamos cambiando la óptica de la banca pública. Pero el rol de la banca pública es atomizar el riesgo. Hay que recordar que nosotros no tenemos dinero del Estado, sino del beneficiario del bono que deja sus plata en la cuanta de ahorros del banco, de aquella persona jubilada que pone en una póliza de inversión para recibir sus intereses. Nosotros no podemos poner en riesgo el patrimonio del banco pues no es plata pública, es plata del público y tenemos que ser responsables y cuidadosos.

¿Cómo entra en este esquema de responsabilidad el tema de los acuerdos con los indígenas en la mesa de banca que incluye condonación y reestructuración? ¿Cómo se ha avanzado?

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Los acuerdos están para cumplirse y se van a cumplir porque han sido diseñados de manera responsable. Así como los deudores que tuvieron problemas en la pandemia tienen derecho a reactivarse, el que deposita su plata tiene derecho a que el funcionario la cuide. Solo guardando ese equilibrio, el banco va a cumplir un rol de banca de desarrollo, de apoyo financiero al ciudadano y de brazo ejecutor de las políticas públicas, para ir hacia la mayor cantidad de gente que tenga acceso al crédito. Hay que recordar que uno de los primeros decretos del presidente Lasso fue sacar del buró de crédito a casi 2 millones para que puedan reactivarse. Ahora ya estamos reestructurando deudas, pues existen 29.000 personas que las van a arreglar. Además son 39.000 clientes los que se han beneficiado del préstamo del 1% a 30 años y en total son 131.000 quienes acceden a montos de crédito de hasta $ 150.000. Ahora son 26.000 personas a las que ya se les ha condonado el crédito como fue el acuerdo, sin una sola fila. A todos ellos se les mandó vía mensaje la notificación de la condonación.

Se han empezado a cumplir los acuerdos, pero se escuchaba a dirigentes del sector indígena pedir un decreto para la condonación de hasta $ 10.000 cuando el acuerdo era de hasta $3.000. ¿Usted ve viable este pedido?

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Todo tiene que ser debidamente analizado. Vamos a cumplir lo que se ha firmado y lo que venga después debe ser sustentado y técnicamente viable. Si es $ 3.000, $ 5.000 o $ 10.000 debe ser técnicamente sustentado y no puede poner en riesgo a 800.000 personas que tienen sus recursos en BanEcuador. Esto no es que se condonan las deudas y nos olvidamos. Sino que si está dentro del activo del banco debe compensarse de algún lado. El rato que deja de cobrar los recursos, a alguien no se le va a poder pagar. Obviamente existen mecanismos de provisiones. Por eso mismo se decidió los $ 3.000 pues estaban provisionados: al 31 de mayor tenían categoría de irrecuperables (vencidos hasta 180 días). Aquí no estamos para regalarle plata a nadie.

¿Cómo queda el perfil crediticio de quienes se benefician de la condonación y de la reestructuración?

Para poder llegar a un proceso de condonación -esto lo dice la normativa vigente- tiene que considerarse un cliente irrecuperable y ser irrecuperable tiene muchas aristas. Obviamente la generalidad indica que si una persona llegó a la instancia de recibir una condonación no puede recibir inmediatamente un crédito, pues está en posición de inviabilidad económica. Debe buscar otros mecanismos como capacitación, reactivación por la vía del reacondicionamiento del perfil. En cambio quienes acceden a la reestructuración pasan a ser clientes A1. Salen de la satanización y quedan plenamente activos y con buena calificación. Este es un círculo virtuoso.

¿Ya se ha hecho reestructuración, a cuántos y qué están pidiendo los clientes?

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Básicamente hay casos y casos. Hay reestructuraciones, novaciones, depende del crédito del destino. A la fecha aún no tenemos una cifra. Estoy hace dos días formalmente en el cargo y estamos cumpliendo varias tareas, empezando por limpiar la casa. Porque acá ha entrado gente que piensa que ha llegado a una especie de la ruleta de la fortuna. Eso hemos tenido que tomarlo como prioridad. Hemos tenido que sacar a personas que parece estaban haciendo prácticas un poco ligeras.

¿Cómo está funcionando el crédito del 1 % a 30 años y se ha pensado extenderlo? ¿A qué sectores?

Dentro de un gran plan nacional vamos a atender a los sectores estratégicos o urgidos. Nos hemos reunidos con los migrantes hasta los pequeños productores. Actualmente ya rebasamos el primer hito de $ 100 millones entregados. Es verdad que empezamos con el cliente natural de BanEcuador en su mayor proporción es agrícola, pero el banco también atiende a sector comercial, a quienes reciben el bono. He conversado con el ministro de Turismo para que los pequeños proveedores de turismo que son más de un millón proveedores puedan acceder. He conversado con el ministro de Transporte, Danilo Herrera, para que pequeñas empresas de proveedores se puedan tecnificar y entregar servicios a las empresas que participarán en la rehabilitación vial.

¿Cómo avanza la fusión entre CFN y BanEcuador? ¿Y cómo van a coordinar ahora que usted está frente a BanEcuador e Iván Andrade, frente a CFN?

Son dos cosas distintas, en la operatividad diaria. BanEcuador al menos es una institución que necesita atención las 24 horas los 365 días del año. Atiende 170 oficinas y que maneja un volumen de cartera muy grande. CFN por otro lado tiene sus propios problemas recuperación de cartera, administración de bienes, venta una institución, liquidación de Seguros Sucre, es decir tiene su mundo. Se torna un poco complejo manejar las dos entidades por una sola persona. Por eso el presidente ha pedido que manejemos el día a día de esta manera. La fusión es un tema más normativo. Cuando esto suceda vamos a tener una institución financiera fortalecida con activos de $ 5.000 millones con liquidez de $ 2.000 millones. La fusión no interfiere de ninguna manera en el servicio en que BanEcuador va a seguir entregando crédito. (I)