El riesgo país del Ecuador se colocó en 1.632 puntos, en una escalada que continúa luego de las elecciones del 5 de febrero (cuando superó la barrera de los 1.400 puntos y a día seguido de los 1.500 puntos), aupada también por los temas de pedidos de juicio político al presidente en la Asamblea y amenazas de movilizaciones sociales. El indicador, reportado por el Banco Central del Ecuador con base en la medición de JP Morgan, que mide la percepción del riesgo que tiene un país de incumplir sus obligaciones se ha ido incrementando, de la mano, no solo de la inestabilidad política, sino también de la difícil situación económica del país, comentan algunos expertos.

Jaime Carrera, secretario ejecutivo del Observatorio de la Política Fiscal (OPF) dice que en cuanto a la incertidumbre política es claro que “hay temores de que Lasso no pueda terminar el mandato y que el correísmo vuelva en el 2025 y probablemente no quiera pagar los bonos reestructurados e incluso la deuda con los multilaterales”.

Sin embargo, explica que es un error pensar que el problema solo se debe al tema político, pues antes de que empezara la actual crisis política, el riesgo país ya estaba en los 1.100 puntos, indicador que ya era muestra de la insostenibilidad de las cuentas públicas. Considera que el déficit es latente en el país y tiene riesgo de incrementarse por las exigencias de sectores sociales. Pero toda esta incertidumbre también genera paralización de inversiones y por tanto falta de empleo.

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Para Carrera no se ha hecho suficiente en la recomposición de las cuentas fiscales y la reducción del déficit ha sido más bien gracias al incremento del precio del crudo. Las reservas internacionales que estaban en $ 9.353 millones, al 20 de enero de 2023, no cubren de manera integral las obligaciones con todos los depositantes del BCE, explica. Sin embargo, reconoce que se han incrementado de manera importarte, a los tiempos de pandemia, cuando se vivieron los peores indicadores de 2.000 millones. Para Carrera es una mala costumbre de los diversos gobiernos de generar falsas expectativas que al final no permite que la ciudadanía tenga conciencia de los verdaderos problemas y por ende exija más beneficios que no se pueden satisfacer.

Ejemplo de esto fue que hace pocos días se indicaba por parte de voceros del Gobierno que la banca pública había entregado alrededor de $ 6.000 millones entre 2021 y 2022, cuando en realidad estaban tomando en cuenta lo entregado por el Biess, que no es parte del Gobierno

Carrera considera que el riesgo país va a seguir subiendo y califica a los siguientes tres o cuatro meses como decisivos para este indicador. Recordó una vez más que este indicador alto ahuyenta las inversiones y obstaculiza el acceso a crédito de empresas y bancos en el exterior.

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En la opinión de Santiago García Álvarez, presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, es difícil prever hasta qué valor va a subir el riesgo país, pues seguimos presentándonos frente al mundo con un serio problema político. Asegura que al momento no se ve con claridad cómo va a terminar este periodo de “altísima incertidumbre política y económica”. Considera, además, que es una pena para el país, porque el riesgo país encarece los costos no solo del sector público para obtener endeudamiento, sino también del crédito externo para otros sectores que lo necesitan, como la banca.