La incapacidad para ingerir productos lácteos se presenta en gran parte de la población desde hace cientos de siglos y ocurre cuando el organismo humano no puede producir lactasa, una enzima presente en el intestino delgado capaz de descomponer los azúcares de la leche, también conocidos como lactosa.
Y es que, según un artículo publicado en la Revista Española de Enfermedades Digestivas, al menos un 80 % de las personas en el mundo son intolerantes a la lactosa en menor o mayor grado.
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Suele desarrollarse a medida de que se crece, especialmente durante la pubertad, aunque hay enfermedades como la celíaca, colitis, gastroenteritis y otras que causan daño en la mucosa intestinal, generando a su vez la intolerancia.
Estudio científico redefine creencias comunes sobre el origen de la intolerancia a la lactosa
Aunque también puede tratarse de un caso genético, en este sentido, la dificultad para producir lactasa se hace notar desde la primera semana de vida.
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Cinco síntomas comunes en la intolerancia a la lactosa
Tal como indicó Gastrolab, existen cinco síntomas vitales para determinar si eres intolerante y deben presentarse en el momento justo cuando tomas leche o sus derivados:
- Diarrea
- Náuseas o vómito
- Cólicos estomacales
- Hinchazón
- Gases
Hay que tener en cuenta que algunas personas producen bajas cantidades de lactasa y aún así no presentan está afección, aunque también dependerá de la cantidad de lácteos que consumas.
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“Muchos podrán disfrutar de los productos lácteos en pequeñas cantidades o junto con otros tipos de alimento. La gravedad de los síntomas varía dependiendo de la cantidad de lactosa ingerida y de la tolerancia individual”, indica el artículo de la revista.
(I)