Fijar un horario para comer —lo que probablemente puede convertirse en un reto, debido a las diversas ocupaciones— o no saltarse las comidas hacen parte de las recomendaciones de los especialistas; sin embargo, no siempre se cumplen. Si no se desayuna, se compensa con el almuerzo o en la merienda, y esta última parte es la que hará surgir el dilema de que, si se come pasada cierta hora, la tendencia sería subir de peso. ¿Qué dicen las nutricionistas con respecto a este concepto?