Por cuarto año consecutivo se ha cumplido con el Plan de Eliminación de Neumáticos Usados de las islas Galápagos y se ha logrado recolectar y reciclar, desde el 2019, más de 16.000 neumáticos usados procedentes del archipiélago. Esto se da gracias a las acciones en conjunto del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica y el Sistema Ecuatoriano de Gestión Integral de Neumáticos Usados (Seginus).

En el 2019, la corporación Seginus retiró 6.589 llantas sin usar de Galápagos, convirtiendo a las islas en la primera provincia del país en quedar libre de neumáticos usados, que ponían en riesgo el ecosistema y el espacio de las especies que habitan en el archipiélago.

Los neumáticos fueron integrados a cadenas de aprovechamiento que evitan la extracción desmedida de material virgen, incentivando la creación de nuevos nichos de mercado, mejorando el desempeño ambiental de los municipios y generando un impacto positivo en la calidad de vida de la ciudadanía. Se confeccionan pisos de caucho y suelas de zapatos, entre otros productos, con las llantas.

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En 2020, bajo este mismo contexto, se trasladaron más de 500 neumáticos usados en un plazo de tres meses, desde Galápagos hasta Ecuador continental. Para el 2021 ya habían recolectado más de 11.000 neumáticos hallados en los centros de acopio de las islas Santa Cruz y San Cristóbal, la cantidad de llantas gestionadas son el equivalente a un edificio de cinco pisos.

“El objetivo principal por el cual se creó Seginus, fue para tratar de dar un ejemplo no solo al país sino al mundo, de cómo los modelos de economía circular funcionan y son virtuosos. No solamente tienen un efecto ambiental positivo, también económico y social”, indica José Javier Guarderas, director ejecutivo de la corporación.

Los neumáticos habitualmente suelen convertirse en criaderos del mosquito Aedes Aegypti, causante del dengue y hábitat de especies invasoras como ratas y ratones. Al otorgarles un nuevo uso, no solamente se previenen estas afecciones, sino que también se aporta en la preservación del ambiente, porque se evitan contaminantes químicos que por más de 50 años se desprendieron del caucho y afectaron a los acuíferos y al suelo del archipiélago.

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La acumulación de neumáticos en las islas resta un espacio vital a las especies que conviven en ellas, además de contaminar la atmósfera en caso de incineración o polución por degradación química de sus componentes, que acaba llegando a fuentes de agua y vegetación.

Las micropartículas de plástico que se desprenden de productos industriales como los neumáticos representan hasta el 30 % de la basura que contaminan los océanos.

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Seginus articula una cadena de reciclaje de neumáticos usados provenientes de tecnicentros, vulcanizadoras, talleres de bicicleta y mingas de limpieza realizadas entre los Gobiernos Autónomos Descentralizados de las islas  y el Parque Nacional Galápagos, que posteriormente son integrados a un sistema de economía circular y dotados de uno nuevo uso, con el fin de alargar el ciclo de las llantas transformándose en energía, pisos o material para artesanos, entre otros usos.  (I)