“Aunque salvamos sus vidas cuando llegaron en avanzado estado de desnutrición, hay secuelas irreversibles que no les permitirán poder movilizarse, cazar correctamente o ser parte de un grupo de chichicos en vida libre. La lucha debe ser por acabar con el comercio y tráfico de fauna silvestre. Si no hay comprador, no hay vendedor”, dice uno de los cientos de posteos que realiza la fundación Proyecto Sacha al describir uno de los tantos casos de primates que llegan a sus instalaciones.