Mientras no se tome en cuenta seria y formalmente a la Era 4.0 en el plan de Gobierno, no pasará mayor cosa, pues el mundo ya no funciona como antes.

Ecuador necesita imperativamente soltar las amarras de la economía, no lo contrario. De hecho, este país solo requiere de pocos de ajustes y nada más, el asunto es que muchos tecnócratas entienden de gráficos y cifras como causa de todo, cuando son solo consecuencias.

Se sabe que lo único que provee el suficiente margen de maniobra es la generación de valor, eso solo viene por el lado tecnológico, no por aumentar base tributaria o tasas impositivas, tampoco por la exportación de materias primas de modo exclusivo.

La Era 4.0 es la que más oportunidades brinda a la humanidad para que en pocos años se evolucione de una economía básica a otra desarrollada. Estonia, Finlandia y Singapur lo prueban.

He sugerido durante más de doce años lo siguiente, aun antes de experimentar la explosión de conectividad que generaron los smartphones en 2011.

La Era 4.0 es la que más oportunidades brinda a la humanidad para que en pocos años se evolucione de una economía básica a otra desarrollada.

Si queremos que el país arranque, es necesario:

1. Eliminar retenciones de IVA e impuesto a la renta.

2. Fomentar la transaccionalidad digital.

3. Incentivar inversiones en desarrollo de nuevas tecnologías como blockchain.

4. Motivar la enseñanza de materias como Programación Básica desde la escuela.

5. Activar inteligencia artificial en procesos de compras públicas.

6. Aplicar eGovernment efectivo: iniciar y terminar tramitología burocrática efectiva a través de internet.

7. Estimular la creación de ciudades inteligentes.

8. Capacitar masivamente a la población en temas de negocios con tecnología aplicada, para que compren, vendan o cobren a través de internet.

9. Desarrollar modelos de crecimiento económico con base en nuevas fuentes de energía, limpias y renovables.

10. Impulsar el espíritu empresarial desde la escuela, con base tecnológica y así eliminar, entre otras cosas, el deseo de ocupar cargos burocráticos como opción de subsistencia.

11. Eliminar aranceles y tasas a todo producto de esencia tecnológica.

Con esto se logrará:

1. Incrementar transaccionalidad y, por lo tanto, intercambio económico y creación de riqueza.

2. Evitar el uso de dinero en efectivo, que implica inversiones en la importación de billetes y estímulo para corrupción, asaltos y violencia.

3. Aumentar riqueza que activará otros sectores de la economía. Los países con más enfoque en desarrollo tecnológico son más ricos y equitativos.

4. Despertar curiosidad para crear soluciones a la vida diaria.

5. Ahorrar al menos 20 % anual del presupuesto nacional del Estado.

6. Evitar pérdida de tiempo en trámites, haciéndolos rápidos y transparentes.

7. Impulsar competencia entre ciudades, que a la vez impulsará la economía general.

8. Disponer del recurso humano suficiente para impulsar la nueva economía del país.

9. Tener ecosistemas saludables y sostenibles.

10. Contar con personas motivadas a prosperar y obtener riqueza.

11. Bajar costos generales de producción.

Con inteligencia artificial se ahorra en la administración pública, si se ahorra se genera superávit, si se obtiene tal, se fortalece la economía.

Si se fortalece la economía partiendo de un presupuesto sano, se pueden eliminar impuestos, si pasa esto, se liberan recursos de la economía, pues tendremos de más dinero para gastar al aumentar el “ingreso personal disponible”.

Si se gasta más, se multiplica el beneficio global de la economía, pues se dispondrá de agentes económicos solventes, con poder de compra.

Si hay agentes económicos con poder de compra se puede pensar en abandonar el tercer mundo.

Y claro, cualquier reforma no estaría completa si se impulsa la proscripción de movimientos de izquierda revolucionaria marxista-leninista, declarándolos ilegales y epicentros de contaminación mental y espiritual, tal como se lo hizo con el movimiento nazi en Alemania. (O)