Esa frase es redundante, pues la palabra tormenta ya tiene implícitas las ideas de ‘lluvia’, ‘fuerte’ y ‘eléctrica’. Esto se sustenta con el Diccionario de la lengua española, que indica que tormenta es una ‘perturbación atmosférica violenta acompañada de aparato eléctrico y viento fuerte, lluvia, nieve o granizo’.

No obstante, no resulta redundante decir «tormenta eléctrica» cuando el contexto es ambiguo y se necesita especificar el tipo de tormenta, pues hay tormentas tropicales, de arena, solares, de nieve, de granizo, platanera, entre otras.

En todo caso, en esta temporada invernal, un título como ‘Tormenta prolongada anegó las calles de Guayaquil’ transmite con claridad la idea de que ese fenómeno atmosférico se desencadenó con rayos, viento y lluvia.

Sin salirnos del contexto de las tormentas, ¿cómo se denominan los aparatos que protegen de los efectos del rayo?

Esos artefactos se conocen como «guardarrayos», «pararrayos» y «electrómetros». Se usan para resguardar edificios, barcos y otras construcciones de los efectos de la electricidad de las nubes (de los rayos).

Los sentidos de guardarrayos, pararrayos y electrómetros surgen de sus componentes: guarda + rayos = que guarda o protege de los rayos; para + rayos = que para o detiene los rayos; electro + metro = que mide cargas eléctricas. (Actualizado de La esquina del idioma de 08/03/2020). (F)

FUENTES:

Diccionario de la lengua española y Diccionario histórico de la lengua española (versiones electrónicas), de la Real Academia Española.