La expansión del cultivo de soya amenaza con destruir unos 22 millones de hectáreas de bosques y sabanas en América del Sur (un área equivalente a Gran Bretaña) en el 2020 si no se cambian los métodos de producción actuales, que destruyen valiosos hábitats naturales.

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) hizo ayer en Ginebra esta grave advertencia en la presentación de su informe sobre la ‘Gestión del boom de la soya’, que plantea métodos de cultivo alternativos, como la rotación para evitar desastres ecológicos en Brasil, Argentina, Bolivia y Paraguay.

Estos países duplicaron en la última década cultivos de soya debido al rápido aumento de la demanda en la Unión Europea y China.

Publicidad

La soya es la fuente más importante de proteína vegetal y su composición de aminoácidos es más parecida a la proteína animal que la del maíz o cualquier otro vegetal, lo que la  convierte en un producto útil para combatir el hambre.

La alta demanda de la Unión Europea y China se explica además porque el grano de soya se usa para alimentar al ganado y animales de granja. Estados Unidos, Brasil y Argentina son los principales abastecedores de soya para los mercados internacionales, con el 90% de las provisiones del mundo.

Según la WWF, el futuro podría ser más dramático, pues se prevé que en los próximos 20 años la demanda aumentará en 60%, “lo que podría propiciar la pérdida de unos 16 millones de hectáreas de sabanas y 6 millones de de bosques tropicales en la región” adicionales.

Publicidad