Monseñor Gonzalo López Marañón, quien fue obispo del Vicariato Apostólico de Sucumbíos, murió el sábado pasado en la diócesis de Luena, en Angola (África), donde se estableció.

De origen español, el sacerdote de 82 años estuvo en Ecuador hasta el 2011, luego de permanecer por cuatro décadas al frente de la iglesia de San Miguel de Sucumbíos.

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La muerte del obispo López Marañón fue anunciada por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana. El presidente Rafael Correa escribió dos tuis para recordar la labor del sacerdote, quien “siempre estuvo al lado de los más pobres”.

“Nuestro cariño y gratitud por todo el trabajo que dejó en Ecuador, al que consideró su segunda patria”, mencionó el mandatario.

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El Vaticano aceptó la renuncia de monseñor López, quien pertenecía a la Orden de los Carmelitas de los pies descalzos, el 30 de octubre de 2010 por límite de edad y designó como administrador apostólico al padre Rafael Ibarguren Schindler, miembro de los Heraldos del Evangelio.

La decisión generó polémica entre la comunidad de fieles y provocó un enfrentamiento entre el presidente Correa y la Iglesia. El presidente criticó que su sucesor no surgiera de la misma congregación.

Además, la Cancillería intervino a través de una misiva al Vaticano.

El clérigo se declaró en ayuno durante 24 días para lograr la paz eclesial. Rafael Correa lo visitó durante una de sus jornadas de abstinencia y en un Enlace Ciudadano calificó a los Heraldos como “secta fundamentalista”.

Eso fue aclarado por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), pues remarcó que los Heraldos eran una sociedad de vida apostólica reconocida por el papa Benedicto XVI.

El portal Infocatólica recogió en ese año que los Carmelitas construyeron un modelo de Iglesia con un fuerte enfoque social, con activa participación de indígenas, afrodescendientes y mujeres.

En marzo del 2011, la Asamblea Nacional entregó una placa de reconocimiento Al Mérito Social a monseñor López Marañón.

Finalmente, después de semanas de polémica, los carmelitas y los heraldos salieron, desistiendo de la misión que les había sido encomendada.

El obispo regresó a España, a un convento que tienen los carmelitas en Ávila. En ese lugar pasó un año sabático y de reflexión antes de afincarse en Angola.

La Conferencia Episcopal Ecuatoriana, que lamentó la muerte del sacerdote, recordó ayer en su cuenta de Facebook que el obispo quiso seguir viviendo y sirviendo a la Iglesia misionera y buscó puesto misionero en África. (I)

En Ecuador
Sus inicios

Carrera pastoral
Comenzó su labor pastoral en Ecuador primero como prefecto apostólico desde 1970 hasta 1984. Una vez que fue consagrado como obispo el 8 de diciembre de 1984, el padre Gonzalo López Marañón fue nombrado vicario apostólico de San Miguel de Sucumbíos.