El Consejo de la Judicatura es centro de polémica. Esto tras la denuncia del juez anticorrupción Carlos Serrano sobre supuestas presiones por parte de “altos funcionarios” del organismo y de que su titular, Mario Godoy, no aceptara su renuncia irrevocable. Habló de amenazas en su contra.
El presidente del Consejo de Judicatura está convocado a comparecer a la Asamblea Nacional el 5 de enero próximo. Godoy deberá responder ante el Legislativo sobre la situación de Serrano y también a los cuestionamientos por la defensa legal asumida por su esposa a un ciudadano serbio que fue sentenciado a 10 años de cárcel por lavado de activos.
Las denuncias son graves, pero en Ecuador la presunción de inocencia obliga no solo a que el funcionario sea escuchado en la Asamblea Nacional, sino que de probarse irregularidades civiles o penales se eleve el caso a una demanda y que los acusadores prueben sus señalamientos.
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Por la salud de la institucionalidad y respeto a la ciudadanía, los actores políticos deben dejar del lado el show de acusaciones y probarlas. Esta exigencia alcanza también a Godoy, quien anunció la solicitud de licencia para preparar su defensa.
Y no solo eso. Él negó que haya rechazado la renuncia a Serrano y explicó que esta tiene que ser conocida por el pleno del organismo de administración de justicia. Tampoco acepta que le haya retirado la escolta de seguridad.
Para complementar adelantó que irá al Legislativo “con información contundente y ese día se va a sacudir un poco el avispero”. Es propio, un derecho, que el titular de la Judicatura prepare su defensa, pero resulta fuera de lugar que sostenga que en la comparecencia “sacudirá el avispero”. Cuando hay hechos por denunciar, los actores políticos o funcionarios deben hacerlo con contundencia y no guardarlas para momentos determinados.
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Una frase atribuida a Julio César es oportuna: “La mujer del César no solo debe ser honesta, sino también parecerlo”. La ciudadanía no admite más shows políticos, exige verdades. (O)
