En estos días, es frecuente leer o escuchar a analistas decir que un número, no menor, de ecuatorianos sufren por sobreendeudamiento, porque han llegado a acumular deudas que exceden a su capacidad de pago. Es decir que los ingresos que obtienen por sus diferentes actividades (laborales, comerciales, servicios, etc.) no son suficientes para cumplir con los pagos regulares, provocando un desequilibrio entre la deuda y los ingresos, lo que produce un deterioro en la salud financiera del deudor.