Para destituir al presidente Guillermo Lasso se requieren 92 votos afirmativos. Con 88 votos se resolvió llevar el procesamiento del juicio político al pleno de la Asamblea, al no haber informe aprobado en la Comisión de Fiscalización. Los opositores señalan que faltaron 4 votos y, asumiendo que son mayoría, con las designaciones de las autoridades de la Asamblea, de las comisiones de Fiscalización y Permanentes, suponen que podrían obtenerlos.

Fuera de la oposición se señala que, si para el procesamiento no hubo 92 votos, será difícil que los alcancen para la destitución.

Lasso no es responsable de peculado, otros pecados políticos, errores y omisiones sí ha cometido, pero los votos pueden ignorar y deformar la interpretación jurídica y la verdad de los hechos, a menos que haya control de ejecución de la Corte Constitucional, sobre su resolución de que el juicio político solo sea por peculado. La norma constitucional que señala que no se requiere que haya sentencia penal ejecutoriada para votar la destitución, no significa que se puede condenar en la Asamblea por peculado, solo porque se tienen los votos para hacerlo.

La muerte cruzada, un mecanismo constitucional que fue diseñado para ‘no ser usado’

Nada es seguro mientras no se dé, y nadie puede asegurar quién(es) será(n) beneficiario(s) final(es).

Experiencias de votaciones: el 16 de noviembre de 1966, se debía reunir la Constituyente que fue ese año. Se estaba armando una mayoría de centro-izquierda para que Raúl Clemente Huerta sea presidente de la República; la centro-derecha la torpedeó, lanzó el nombre de Otto Arosemena Gómez, quien ganó. Su primo, Carlos Julio Arosemena Monroy, que era asambleísta, lo cuestionó. El 10 de agosto de 1980, la oposición a Jaime Roldós, liderada por Assad Bucaram y León Febres-Cordero, propuso el nombre de Carlos Julio para que presida la Cámara Nacional de Representantes -entonces el órgano legislativo y de fiscalización política-. Otto, también legislador, no cuestionó a su primo, pero se abstuvo de votar. La presidencia de la Cámara la ganó Raúl Baca.

En Chile, desde los levantamientos de octubre del 2019, para acabar con el régimen jurídico y económico derivado de la dictadura de Augusto Pinochet, iniciada el 11 de septiembre de 1973, que luego del plebiscito del 5 de octubre de 1988, para permitir el regreso de los civiles al poder, fue condición mantenerlo, todos los procesos y sufragios tuvieron resultados orientados por la izquierda, siendo el último de estos el de la elección del carismático líder -de 36 años- Gabriel Boric a la Presidencia de la República, en diciembre del 2021. Luego se revertió la intención de la mayoría de chilenos. La nueva Constitución, inspirada desde la izquierda, en septiembre del 2022 fue rechazada por cerca del 62 % de los sufragantes. Se planteó un nuevo órgano constituyente, el Consejo Constitucional, se votó su integración el 8 de mayo de 2023, el Partido Republicano de José Antonio Kast, de extrema derecha, obtuvo más del 35 % de los votos, la derecha alcanzó el 56,5 % de los sufragios. La coalición de izquierda de Boric solo obtuvo 17 consejeros, menos de los 21 que le habría permitido el derecho a veto en el proceso de redacción de la Carta Magna.

Nada es seguro mientras no se dé, y nadie puede asegurar quién(es) será(n) beneficiario(s) final(es). (O)