En febrero del 2022, con motivo de la premiación de las Mujeres del Año 2021 de la revista Hogar, fue la última conversación que sostuve con Tania Tinoco.
Dos temas.
Una reflexión que compartimos sobre riqueza y pobreza. La riqueza material puede dar comodidades, pero si se le suma el poder que puede generar, a veces se vuelve proclive al abuso, por lo que encima de esta debe estar la riqueza moral, siendo doloroso que esto no siempre se da, multiplicándose casos de riqueza material con pobreza moral; también riqueza moral aun cuando no haya las condiciones materiales de calidad de vida, que con más recursos podría alcanzarse. Las mujeres premiadas por Hogar siempre son símbolos de riqueza moral.
Un recuerdo de la amistad de mi hermano Jaime con su padre, el doctor Colón Tinoco, cuando en la década de los 70 coincidieron, Jaime como presidente del Colegio de Abogados del Guayas y el doctor Tinoco en el Colegio de Abogados de El Oro. Además, el doctor Tinoco fue profesor y rector del centenario colegio Nueve de Octubre de Machala; y Jaime, después de recibir el Gran Premio de Honor del Vicente Rocafuerte (1959) con su nombre grabado en placa de bronce, a fines de los 60 fue profesor de este gran plantel y, por pedido de su profesorado, en los 70 el Gobierno le propuso su rectorado, al que se negó porque se estaba bajo dictadura militar.
Martha Roldós Bucaram me recuerda que con Tania, en septiembre de 1980, compartieron la ceremonia de Jura de la Bandera, invocado el juramento por Jaime, entonces presidente de la República, ambas por graduarse de bachilleres, en María Auxiliadora y en la Inmaculada de Guayaquil, en su orden.
Investigadora lúcida, demandante de información y de sustentos históricos y jurídicos, fueron decenas de veces que recibí su llamada y/o su visita para verificaciones, lo cual nos permitía extendernos en las conversaciones y en compartir la búsqueda de lo que a ella le interesaba.
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Ella relató años atrás que, recién graduada de bachiller, Marcel Laniado —que fue en los 60 alcalde de Machala y con quien colaboró su padre como síndico— le propuso ingresar al Banco del Pacífico para su Unidad Cultural (biblioteca y museo) en edificio diagonal al del banco, Pichincha y P. Icaza —que sufrió un incendio que lo destruyó avanzados los años 80—. Ahí trabajó con valores de la cultura: Presley Norton, arqueólogo de prestancia mundial, con una magnífica colección de que le encargaron ser guía; Inés Flores, excelente formación cultural; y con Leonor Villao de Santander, de organización de archivos y biblioteca.
A fines de 1983 ya estaba en Ecuavisa con Alberto Borges —fallecido en junio de 1994— en Telemundo, sobre la medianoche, investigadores los dos, invitados a nuestros hogares al cerrar todos los días hábiles. A la muerte de Borges, Tania asumió toda la responsabilidad de Telemundo, hasta que, por la pandemia, mayo de 2020, fue imposible su continuidad. Ese espacio y sus otros aportes en la televisión, en múltiples programas, siempre fueron transparentes, sin reservas ni medias verdades.
Mujer profundamente honesta: ni su opinión ni su silencio dependían de condición alguna. (O)