Un gobernante de las mejores intenciones –y en el caso de Guillermo Lasso, con eficiencia demostrada en su actividad privada– quiere que el país que confió en él obtenga los mejores entornos para las realizaciones que se aspira, que en lo puntual se ha evidenciado en la vacunación contra el COVID-19, en su relación con los organismos internacionales, con iniciativas y avances para la inversión, y con la posibilidad de negociaciones y acuerdos bilaterales –con Estados Unidos hasta habría una ley especial a dictarse en el país del Norte-; pero, su verdadera realización será cuando los escenarios de microrrealidades, de todos los días, se vayan correspondiendo con la macrorrealidad que se señala se está alcanzando.

Muchos recordarán la película Parásitos, con cuatro premios Óscar el 2020 –entre estos por mejor película– que relata escenarios de vida de Corea del Sur, país de 100.370 km², con una población de 51,8 millones de personas, una de las diez economías más grandes del planeta por volumen del PIB, que está en el puesto 30 de 196 del ranking del PIB per cápita del mundo, a cifras de cierre del 2021 –el Ecuador tiene 256.370 km² y, al mismo cierre, una población de 17,5 millones, está en el número 63 en el ranking de PIB mundial y 96 en PIB per cápita, entre 196 países–. En la película se evidencia una economía coreana pujante que no llega a estratos sociales de menores ingresos, por lo que miles de coreanos deben vivir hacinados en sótanos precarios, como parásitos, en una especie de ciudad subterránea, debiendo usar su ingenio para adquirir lo básico y, en cuanto a valores, como que se ven forzados a caer en prácticas que deberían considerarse ilícitas, pero que, de no acudirse a estas, ¿cómo sobrevivirían?

Con serenidad, no satanizando toda crítica, todos debemos sumar esfuerzos para correctivos en cuanto a las microrrealidades.

En el Ecuador no solo hay barrios marginales de notoria precariedad, sino que en ciudades son miles que duermen sobre cartones en zonas céntricas y otras. En Guayaquil, vaya por las calles Córdova, Chile, Chimborazo, por ejemplo, a partir de las 20:00 y lo verificará. ¿Qué valores deben respetar quienes viven en esas condiciones?

La alcaldesa Cynthia Viteri menciona que los contratistas de obra pública deben financiar “la vacuna” que les permita trabajar y no ser agredidos por pandillas, en los espacios territoriales en que deben operar e invertir. Son cientos de miles de dólares que significa su flujo mensual imposible de contabilizar como gastos deducibles. Se le critica que lo haya evidenciado, pero es real que existe esa “obligación”.

Además, consecuencia de varios factores hay un sensible crecimiento de costo de vida, en educación, alimentos y salud, para los de bajos y medianos ingresos. Las fallas de los sistemas se dan por días, con suspensión de servicios.

Y el mal ejemplo, desde la fraseología hasta hechos como la liberación de Glas el 10 de abril de 2022, a pesar de sentencias ejecutoriadas, con un oficio –boleta que debió ser rechazado, porque tenía menos valor que un papel higiénico usado–, agudiza aquello de las microrrealidades.

Con serenidad, no satanizando toda crítica, todos debemos sumar esfuerzos para correctivos en cuanto a las microrrealidades. (O)