Nunca como hoy, las circunstancias imperantes justifican las razones por las que el Austro debe aferrarse a la permanencia de las bombonas de almacenamiento de gas licuado de petróleo (GLP) instaladas en la otrora Terminal de Productos Limpios de Challuabamba, emplazado en el norte de Cuenca.

La terminal de Challuabamba es un importante reservorio de combustible para el Austro; inicialmente se abastecía mediante anacrónicos sistemas de transportación terrestre que a más de incrementar costos, generar oscuros negociados en el sector y provocar cadenas de robos de combustible, se paralizaba con frecuencia por algunos de los males de la administración pública: vías en mal estado por falta de mantenimiento; nulo compromiso del ministerio del ramo; prolongados paros y cierres viales por protestas antigubernamentales; aislamiento vial por inviernos prolongados. Como se leerá, es una radiografía del actual estado político, social y natural en el Ecuador del NarcoEncuentro.

Esferas asentadas en Cuenca serán cortadas y llevadas a Chorrillos, a cinco kilómetros de Pascuales, en los próximos meses

La terminal de Challuabamba fue conectada –mediante un poliducto y siete estaciones de bombeo– con la terminal de Pascuales; su objetivo es abastecer con gasolinas, diésel y GLP a las provincias de El Oro, Guayas, Azuay, Cañar, Loja, Morona Santiago y Zamora Chinchipe. Son 215 km en total, mediadas por las estaciones de Pascuales para combustibles líquidos y Chorrillos para conducir el GLP. Es decir, un sistema de distribución de combustibles que reemplazó a la caravana de autotanques privados y monopolizados.

Las nuevas autoridades electas tienen la palabra para liderar un frente de defensa de los intereses locales.

Para lograr que la zona austral esté garantizada con la provisión de combustibles por al menos 15 días continuos –en caso de contingencias–, el sistema incluía tanques reservorios y dos bombonas o esferas para GLP. Y aquí está el meollo: una auditoría a esta obra evidenció “fallas estructurales” y sobreprecios. Dos conflictos que –además de ser utilizados en campañas políticas– no han sido abordados por los dos últimos gobiernos, que ni han recuperado lo robado y menos sancionado a los responsables de los estudios técnicos deficientes.

Designación de Ramón Correa como nuevo gerente de Petroecuador no logra sumar apoyos

Existen daños en los suelos que afectan la estabilidad de las esferas y los tanques; cada esfera tiene una capacidad de almacenamiento de 3.200 toneladas métricas de GLP, e individualmente pesan 170 toneladas. Petroecuador ha destinado 20 millones de dólares ¡para desmontarlas! y llevarlas al Guayas. Es decir, la intervención no es para asegurarlas, reinstalarlas y continuar con este sistema que garantiza la provisión de combustibles para el Austro, sino que inevitablemente nos regresará al sistema de autotanques y centralismo absorbente.

Mientras todo esto ocurre, los ciudadanos del Austro miramos la indolencia de las autoridades locales que más allá de improvisadas ruedas de prensa, no han hecho nada concreto para mantener la terminal. Como si no fuera con ellos, dejaron que iniciativas ciudadanas emprendan campañas de recolección de firmas para evitar el retiro de las esferas. De ellos no se espera nada. Las nuevas autoridades electas tienen la palabra para liderar un frente de defensa de los intereses locales. (O)