El Código Orgánico de la Democracia establece como requisito para la inscripción como candidato a desempeñar una función de elección popular presentar un plan de trabajo.

La experiencia demuestra que la mayoría de los candidatos piensa en cumplir con el requisito y confía en que no hay ninguna fórmula para evaluar lo presentado ni su posterior cumplimiento.

Hay algunas iniciativas que han surgido de la sociedad civil organizada para hacer seguimiento de lo propuesto: la Fundación Esquel ha implementado una plataforma para monitorear las propuestas en algunas ciudades y la Fundación Ciudadanía y Desarrollo ha elaborado una herramienta para medir el cumplimiento de las ofertas, se llama promesómetro.

Es importante que la ciudadanía conozca los planes inscritos, pero es necesario también que los sufragantes exijan a quienes se proponen para administrar los bienes de todos que expliquen cuándo, con qué fondos, en qué tiempo y con quién ejecutarán lo ofrecido, pues hay una diferencia entre una lista de intenciones y un serio plan de trabajo y debemos aprender a encontrar la diferencia.(O)