Cuando ya parecía que estábamos resignados a convivir con la vergüenza del asilo a Assange, y con las informaciones evasivas que nos da el Gobierno sobre los motivos para que se le haya dado protección durante la administración anterior y la actual, un nuevo escándalo ilumina la escena y nos lleva a pensar que deben existir razones muy poderosas para ocultarnos la verdad, razones de esas que evitan la luz del día. El último escándalo es aquel del que nos informa uno de los más prestigiosos diarios del mundo, el inglés The Guardian, sobre una planeada fuga del asilado en la Embajada en Londres, en diciembre pasado, en connivencia con Rusia, para llevarlo a este país. El director de la Senain habría estado en Londres en esos mismos días. Y en esos mismos días, la canciller ecuatoriana le concedió a Assange, por sí y ante sí, como lo ha reconocido el propio presidente Lenín Moreno, la nacionalidad ecuatoriana y lo nombró para un cargo diplomático en Moscú, pretendiendo burlar así al Reino Unido. La imaginación de la excanciller, en esta ocasión, añade, a la ya demostrada para escribir poesía erótica, una nueva faceta que la convierte en la rival de Agatha Christie, la célebre autora de tramas de misterio policial, cuyo desenlace no lo adivinamos hasta el final de la obra. No hay que olvidar, tampoco, que con la ayuda de Assange y del cónsul ecuatoriano en Londres, otro espía, Snowden, viajó con salvoconducto ecuatoriano de Hong Kong a Moscú, en donde reside actualmente bajo protección rusa. ¿Cuál es el interés de Rusia y cuál el de la excanciller? El de Rusia, que escape Assange, que ha sido su agente para difundir wikileaks de documentos reservados de Estados Unidos, para intervenir en la campaña electoral entre Trump y Clinton, y evitar de esta manera la investigación que se desarrolla ahora en Estados Unidos. Para conocer el interés de la excanciller, pues basta revisar la lista de países que votaron para su elección para presidente de la Asamblea de la ONU, y entre los que se cuentan Rusia y países alineados con ella, como Venezuela, Nicaragua, Bolivia. Hay que tener presente, también, que Rafael Correa es colaborador de Rusia Today, la agencia noticiosa rusa. Este es un asunto que afecta al prestigio internacional del Ecuador, y requiere de una investigación independiente. En la Asamblea Nacional algunas asambleístas han requerido información, pero se les ha proporcionado una muy parcial; han planteado, además, que se convoque a la excanciller para que responda por sus actuaciones, pero los legisladores correístas y morenistas no han dado paso a este planteamiento. ¿Qué es lo que se quiere ocultar? ¿Qué informaciones tiene Assange para que no se atrevan a tocarlo, menos para retirarle la nacionalidad ilegalmente concedida? En su respuesta al requerimiento de una asambleísta, la Cancillería ha hecho conocer que Assange renunció al asilo el 4 de diciembre último, pero allí sigue en la Embajada muy campante. Imaginemos la vergüenza si fugaba Assange de nuestra embajada. Shakespeare diría que algo huele mal en este asunto.

(O)

... Para conocer el interés de la excanciller, pues basta revisar la lista de países que votaron para su elección para presidente de la Asamblea de la ONU, y entre los que se cuentan Rusia y países alineados con ella, como Venezuela, Nicaragua, Bolivia.