Cuando un Estado agredido por el terrorismo –el político o el meramente delincuencial– no cuenta con la solidaridad y el apoyo del país que les da refugio a los extremistas, por afinidad ideológica de sus gobernantes, no existe otra opción que atacar el santuario terrorista, “con base en la sorpresa y el secreto”.

Lo anterior es sostenido en su libro Narcoterrorismo, la guerra del nuevo siglo: FARC, ETA…, por el coronel (sp) Luis A. Villamarín Pulido. Se trata de un militar colombiano experto en la materia y para ejemplo menciona la operación militar que resultó en la muerte de Osama Bin Laden en Pakistán, donde se escondía amparado por el servicio de inteligencia de ese Estado, mientras dirigía desde allí la estrategia de 150.000 células “dormidas” esparcidas en 65 países. También cita la muerte de Raúl Reyes, jefe guerrillero de las FARC que vivía en un campamento asentado dentro de Ecuador, “con la plena y consciente complicidad del presidente ecuatoriano Rafael Correa”.

En su libro, Villamarín relata que debido a la nula cooperación del gobierno de Correa para combatir el terrorismo comunista en Colombia, y en aplicación del concepto geopolítico militar de la Defensa Activa, las tropas de ese país efectuaron una milimétrica incursión con bombardeo sobre una guarida de las FARC en territorio ecuatoriano y dieron de baja al terrorista Raúl Reyes.

El autor también recuerda que Correa se ofendió con el entonces presidente Álvaro Uribe porque este no le avisó que iba a realizar dicha operación. Pero Villamarín sugiere que Uribe sabía que los terroristas eran “socios ideológicos del gobernante ecuatoriano” y les hubiera advertido para que abandonaran el lugar. El siguiente episodio relacionado, que recuerda Villamarín, fue la ruptura de relaciones y la tergiversación de los hechos por parte de Correa: “…con el argumento de que no fue un ataque contra las FARC, sino una agresión contra la soberanía del Ecuador, discurso que aún sostiene para evitar que la evolución de los hechos lo conduzca a la Corte Penal Internacional o a una Corte Federal de Estados Unidos, por apoyar grupos terroristas”.

La alusión hecha al interesante libro viene a cuento, dado que el presidente Lenín Moreno informó, esta semana, que ha dispuesto una investigación para comprobar si las FARC entregaron fondos a las campañas electorales del exmandatario Rafael Correa; por tanto, resultarían de gran apoyo a dicha investigación las afirmaciones y sustentos del coronel (sp) Villamarín en su libro. Tanto más, que el especialista colombiano señala: “…Correa les recibió dinero para su campaña presidencial y tuvo a uno de sus ministros y algunos copartidarios de Alianza PAIS en conversaciones con los terroristas para coordinar un complot contra Colombia, destinado a apoyar la llegada de las FARC…” al Gobierno de Colombia.

En especial, hay que comprobar lo que indica Villamarín en el libro indicado: “…Correa demostró que estaba preocupado porque las fumigaciones de coca (con glifosato) en la frontera binacional restaban ingresos a sus socios de las FARC, a quienes adeudaba el aporte de casi medio millón de dólares para su campaña presidencial…”.

El libro puede adquirirse en Amazon.com, incluso en formato digital, si hubiere prisa por leerlo, como parece. (O)