De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, el verbo espeluznar cuenta con tres acepciones: 1. Descomponer, desordenar el pelo de la cabeza, de la felpa, etc., 2. Erizar el pelo o las plumas, 3. Espantar, causar horror. Más allá de eso, no queda duda de que pocas palabras incorporan de forma tan rotunda la sensación de repudio y espanto que cuando una persona admite que se encuentra espeluznada ante una situación determinada. No es lo mismo decir que un individuo está conmovido, asombrado o indignado que afirmar que se encuentra espeluznado, por lo que insisto en que su utilización denota un estado de ánimo más profundo y radical, en el fondo nadie se espeluzna ante cualquier frivolidad.

Quizás sea por eso que las recientes declaraciones del presidente Moreno dadas al diario español ABC llaman considerablemente la atención, toda vez que afirmó que se siente al “igual que el pueblo ecuatoriano, espeluznado, porque nuestras presunciones (en referencia a los diversos casos de corrupción) fueron rebasadas por los hechos”; en otras palabras, el actual gobernante proclama a los cuatro vientos su percepción personal respecto del nivel de corrupción aparentemente desbordado durante el gobierno del presidente Correa. En ese sentido, la utilización del adjetivo tiene un trasfondo de alcances inimaginables lo que explicaría, en gran medida, el grado de conmoción admitido por el presidente Moreno; no es para menos cuando advierte en la entrevista que “ha habido una corrupción galopante principalmente en el último periodo del gobierno anterior. Lastimosamente parecería que el presidente (Correa) en más de una ocasión se hacía la vista gorda porque estaba pensando no en el país, sino en las próximas elecciones”. Caramba.

Obviamente, la afirmación del actual presidente es muy seria y grave y no puede ser analizada de reojo, pues al indicar que “parecería” que el expresidente Correa en más de una ocasión “hacía la vista gorda”, lo que está sugiriendo directamente es la responsabilidad del exmandatario en los actos investigados, pues el hacerse la vista gorda implica una responsabilidad básica no solo desde la perspectiva política, sino principalmente dentro del ámbito de la responsabilidad penal. En ese contexto, ¿algo sabe el presidente Moreno que podría anticipar una responsabilidad de tal magnitud o simplemente fue un “decir”?, en cuyo caso cabe bien una rectificación antes de que la ciudadanía empiece a sentirse más espeluznada de lo que se encuentra en estos momentos. Es una acusación muy compleja el insinuar que el exmandatario hizo la vista gorda con objetivos eminentemente políticos, e insisto en que una aseveración de tal magnitud no puede quedar flotando con el pretexto de una mera sospecha.

Hay una sola forma de lidiar con el estupor al cual puede llegar una sociedad al conocer los desafueros y atropellos de una administración, y esa única forma tiene que ver con el conocimiento de la verdad. A partir de ella, todo lo que se diga o se calle, se revele o se esconda, se investigue o se ignore, forma parte de lo que necesita un pueblo para asimilar las lecciones que requiere aprender, sin que años después se reproche volver a sentirse espeluznado. (O)