Es imperiosa la innovación en el sistema nacional de salud, sobre todo en ciertos hospitales de la Costa. Esta petición se basa porque en la capital bananera del mundo no es posible que persista un déficit de médicos especialistas para poder resolver emergencias en las noches y reforzar áreas críticas como terapias intensivas, etcétera, y hemerotecas, en cada uno de los cantones orenses.

En muchas zonas del país el personal sanitario se estaría olvidando de ejercer la docencia y la investigación. El perfil profesional médico no solo es curativo sino de aunar esfuerzos necesarios en la medicina preventiva. Urgen reformas en la salud, anular el denominativo de “servidores públicos” en salud, por cuanto nos mutila en la innovación e investigación. Ahora que se habla de medicina traslacional (también referida como ciencia traslacional) se debe instaurar un escalafón sanitario más acorde a la realidad, reducir el número de horas laborales porque su aumento solo ha provocado cansancio, enfermedades crónicas degenerativas en médicos, enfermeras, obstetrices, tecnólogos, etcétera. Se debe permitir que médicos privados y jubilados puedan aportar en la vida hospitalaria pública; para ello el Ministerio de Relaciones Laborales podría flexibilizar y legislar permitiendo la contratación de recursos, quizás por cuatro horas laborales, incentivar el aporte a la investigación, así como la docencia en el personal de salud. El presidente del país podría con el Ministerio de Salud Pública, Ministerio de Relaciones Laborales, el Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces), Consejo de Educación Superior (CES), Ministerio de Finanzas, y universidades, replicar en los hospitales de la provincia de El Oro directrices, presupuestos, convenios y proyectos como se ejecuta, por ejemplo, en el Hospital docente Calderón de Quito (su infraestructura, recursos humanos en cantidad conveniente) y cumple incesante labor investigativa, formación de nuevos posgradistas, etcétera. Es hermoso visitar ese hospital docente, ¡bien por ellos!; ya que la salud es un derecho que garantiza el Estado, en todo el país.(O)

Sixto Chiliquinga Villacís,
Doctor en Medicina; Pasaje, El Oro