En 1919, en Londres se fundó la compañía Anglo Ecuadorian Oilfields (AEO) para explorar los yacimientos petrolíferos en Ancón, iniciada con anterioridad. En 1929, AEO optimizó la explotación con la perforación del pozo Nº 4, que superó los 3.000 bpd, al que luego se agregaron decenas de pozos.

En 1940, AEO decidió construir en el balneario peninsular de La Libertad la primera refinería de crudos en Ecuador para producir derivados –GLP, gasolinas y diésel– para el consumo interno y dejar de importarlos desde Perú: la Foster (que funcionó hasta 1956) y la Stratford (hasta 1968), con una carga de 7.000 bpd provenientes de Ancón transportados por vía férrea, logrando cubrir el 65% del consumo nacional de esa época. En 1956 habilitó una unidad de refinación con dos plantas: la Universal y la Cracking Térmico. En 1968 se instaló la planta Parsons, con capacidad inicial de 20.000 bpd. En 1989 se cumplió el plazo de concesión otorgada a AEO y tuvo que revertir esos activos al Estado, correspondiendo a Petroecuador su manejo. En la actualidad, la Refinería La Libertad (RLL) abastece el 35% del consumo nacional de combustibles, especialmente a la zona centro sur del país.

Luego de efectuar importantes mejoras técnicas y millonarias inversiones en sus equipos, la RLL procesa diariamente unos 45.000 bpd de crudo proveniente de Balao, a través de buques petroleros. Cuenta con dos unidades de destilación atmosféricas: la Parsons (26.000 bpd), la Universal (9.500 bpd), obteniendo gasolina base, diésel 1 y 2, fuel oil y GLP en cantidad limitada; la gasolina base de 62 octanos se mezcla con la importada de 95 octanos y se obtienen gasolinas extra y súper de 87 y 92 octanos. Y la Cautivo (9.500 bpd), donde se obtienen exclusivamente los solventes: mineral turpentine (pinturas, insecticidas, pegamentos, etcétera), jet fuel JP1 (gasolina de avión); rubber solvent (vulcanizadoras) y spray oil (fumigación de bananeras), etcétera. Además, cuenta con una planta estabilizadora para obtener el GLP.

La semana antepasada estuve en sus instalaciones y junto con el superintendente de la planta hicimos un extenso recorrido por esta. Observé que existe un impresionante sistema de almacenamiento: 57 tanques para almacenar 674.000 barriles de productos blancos, 13 tanques para productos negros (329.900 barriles) y 12 tanques para crudo (986.000 barriles). Hay dos puntos de despacho terrestre de combustibles vía tanqueros instalados en Cautivo y La Libertad. Por medio del muelle de 600 metros se despachan derivados a Guayaquil y Galápagos, por vía marítima. A través de una línea submarina de 14” de 4 km de distancia se reciben los productos importados y por otra de 20” de 6 km se recibe el crudo Oriente para procesarlo en las plantas.

Posee un moderno sistema de control informático que monitorea las 24 horas del día el óptimo funcionamiento de las calderas. La planta eléctrica, instalada en 1958 por la inglesa Ruston, todavía opera a pesar de que su vida útil concluyó hace mucho tiempo. El abastecimiento de agua cruda es su punto débil.

Con la posible instalación de la Refinería del Pacífico en Manta, el destino de la planta y sus trabajadores es incierto. Hay muchos comentarios y ninguna voz oficial al respecto.

He visitado las tres refinerías existentes en el país, siendo una experiencia estimulante estar en sus instalaciones y conocer de cerca sus fortalezas y debilidades. Se espera que las autoridades petroleras nacionales tomen en cuenta ciertas sugerencias presentadas.