En el Distrito Metropolitano de Quito, el Municipio activó un protocolo para proteger la ciudad ante la posibilidad de que las manifestaciones del movimiento indígena lleguen para elevar su reclamo al gobierno de Daniel Noboa.

Aunque adentro, en sus barrios, también hay grupos sociales descontentos pero organizados y que están haciendo vigilias y acciones focalizadas motivando a los ciudadanos a protestar.

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La subida del precio del diésel a $ 2,80 tras la decisión del presidente de la República, Daniel Noboa, de eliminar el subsidio, cumplió este martes, 7 de octubre del 2025, su decimosexto día de manifestaciones, y en al menos ocho provincias las comunidades se han plegado a la paralización de actividades convocada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).

Pero mientras pasan los días, las vías del diálogo entre el Gobierno y la Conaie son, por el momento, casi nulas.

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La ministra de Gobierno, Zaida Rovira, reconoció que hay comunidades que les han reclamado por la eliminación del subsidio, pero el régimen les responde con los incentivos económicos que se han entregado para agricultores y transportistas.

“Este diálogo ha sido muy complicado, pero hemos avanzado y esto ha sido la clave para que no se haya paralizado el país, para que no hayan llegado a Quito (los movimientos sociales) a destrozar la ciudad”, manifestó Rovira en una entrevista con radio Centro de Guayaquil.

Es así como en la víspera, las protestas se han contenido en los ingresos de Imbabura, al norte de Pichincha, y por Cotopaxi, en el acceso sur.

No obstante, el impulso discursivo del presidente de la Conaie, Marlon Vargas, en Chimborazo, en el que advierte con la posibilidad de venir a Quito y “tomarse” la ciudad para que el Gobierno los escuche, desencadenó una serie de acciones gubernamentales para evitar su llegada.

La primera, el presidente Noboa declaró el sábado anterior estado de excepción en diez provincias por los 60 días siguientes, en los que están prohibidas las reuniones o actividades grupales.

Luego, la noche del 6 de octubre, el Concejo Metropolitano de Quito, en una sesión extraordinaria reservada, activó el protocolo de prevención ante una conmoción social.

En la práctica, su objetivo principal es resguardar las infraestructuras que proveen los servicios básicos.

De acuerdo con el inventario municipal, Quito tiene 10.510 infraestructuras estratégicas, de las que 127 pueden estar en riesgo, como las plantas de agua potable, saneamiento, instalaciones de movilidad y transporte.

Está prevista la presencia de las Fuerzas Armadas para que en el marco de sus competencias eviten cualquier intento de atentado.

Pese a estas medidas, la población busca alternativas para expresar sus posiciones.

El concejal de Quito Adrián Ibarra reconoce que hay una “profunda concentración de descontento social” que no encontrará solución en cercar a Quito, sino en dialogar.

“Parecería que la solución es cercar Quito para que la gente no ingrese. Pero qué decimos a las bases populares que se encuentran en la ciudad, pues muchas de las ocasiones, las manifestaciones han sido de los quiteños. Por eso hemos —en la resolución del Concejo— llamado con responsabilidad al Gobierno para que deponga la medida y dialogue para zanjar las inconformidades”, expresó Ibarra en el programa radial Primera plana, este 7 de octubre.

Una alternativa de estos grupos sociales para coordinar acciones son las plataformas de mensajería instantánea.

Por ejemplo, se creó un grupo de chat llamado “Paro en Quito”, en el que hay casi 2.000 personas incluidas que comparten videos de las protestas que en barrios como San Miguel del Común y Llano Grande, ubicados en la Panamericana norte, por el sector de Calderón, se han desarrollado y han sido repelidas por la Policía Nacional.

Para la noche de este martes, a las 19:00, la gente se convocó a un ‘cacerolazo’ en contra de Noboa a las 19:00.

“No más Noboa... Le tienen solo de adornoff. Quito se levanta”, dice un video que tiene la imagen del monumento a los héroes de 10 de agosto en la plaza Grande, con el que el pueblo Kitu Kara invita a la gente a una concentración en el populoso barrio La Floresta.

QUITO (07-10-2025).- Casa Kitu Kara, en el barrio La Floresta, en Quito, asignada para recibir donaciones para apoyar el paro nacional por la eliminación del subsidio al diésel. Alfredo Cárdenas/ EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

El pueblo Kitu Kara, de la nacionalidad quichua, agrupa a las comunidades que residen en la Sierra norte en las zonas urbanas, rurales y periféricas de Pichincha. Su presidente es Darío Iza, con quien este Diario intentó mantener un diálogo, pero no hubo respuesta.

Esta comunidad hizo un llamado a la población a sostener el paro y se reúne para recibir medicamentos, vituallas, entre otras utilidades, en su sede en el barrio La Floresta.

El lunes en la noche tuvieron su primera actividad y un vehículo de las Fuerzas Armadas pasó por sus alrededores, pero no se registraron enfrentamientos.

En las calles también se están organizando. En la parroquia Tumbaco, sus habitantes están saliendo en caminatas pacíficas nocturnas con lemas en contra de Noboa.

Para el 12 de octubre, las organizaciones de oposición al régimen conglomeradas en trabajadores, sindicatos, el magisterio, el Frente Popular, estudiantes y más, tienen previsto hacer una manifestación anti-Gobierno.

Está previsto que este miércoles sus dirigentes mantengan una reunión para analizar más medidas de hecho en apoyo a la Conaie. (I)