La mayoría de los asambleístas cesados al decretarse la muerte cruzada por parte del presidente Guillermo Lasso ya han anunciado que volverían a postularse al cargo. Los mismos legisladores que obtuvieron el 96 % de desaprobación. La mayoría de los partidos ratificaron que presentarán los mismos cuadros y que solo depurarán a los que los “traicionaron”.

Poco importa las denuncias o investigaciones que tienen varios exlegisladores. Pero ¿a qué se debe esta decisión de los partidos sabiendo el repudio que generaron estos perfiles? Analistas consultados por EL UNIVERSO consideran que al ser una elección “exprés” se les complica buscar cuadros nuevos para los comicios y, además, esto se debe a la falta de interés de los propios partidos de postular gente nueva que hayan militado en sus bases.

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Sin embargo, consideran que pese a la desaprobación es altamente probable que muchos de estos asambleístas lleguen de nuevo al Parlamento. El voto nulo o blanco no tendría gran peso, afirma Esteban Ron, analista político.

Indica que con la muerte cruzada hay partidos políticos que se sienten ganadores. Uno de ellos es Revolución Ciudadana (correísmo) y su bancada UNES: “Tienen la concepción de que ganaron una pelea porque tenían al presidente Lasso contra las cuerdas. Por toda esa gestión que hubo se puede decir que ellos (asambleístas correístas) tienen una aceptación no como partido sino como personas. Ver a una Viviana Veloz (interpelante del juicio político contra el mandatario) en una precandidatura no sería nada extraño porque se sienten ganadores de un proceso pese a los bajos niveles de aceptación”.

Según el analista, esto conlleva a la creación de “candidatos caudillos”. Pero también hay partidos como Izquierda Democrática, Partido Social Crisitano y Pachakutik, donde la indisciplina de sus exlegisladores les costará mucho en las próximas elecciones.

“Va a ver un voto duro. Por la reconfiguración del sistema electoral estamos votando de forma obligada y en plancha, es decir, con listas cerradas, bloqueadas y por una opción política. Si en UNES se vuelven a postular todos sus legisladores, eso va a generar que ganen otra vez”, dice.

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Si el sistema electoral permitiera escoger de manera personal a cada candidato sería muy complicado que estos legisladores, con bajísimos niveles de aceptación, lleguen a la Asamblea nuevamente.

Ron indica que para estas elecciones en específico el voto nulo o el blanco no tendrían una gran repercusión: “Si fueran elecciones regulares (para periodo de cuatro años) el voto nulo podría ser relevante como sucedió en Calacalí (donde se repetirán las elecciones seccionales, ya que ganó el voto nulo), pero en estas elecciones tan rápidos no creo que tenga peso”.

Para Paúl Córdova, docente de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de la Uisek, en Ecuador actualmente existe un “descrédito” hacia la clase política por parte la ciudadanía que ha sentido que desde el retorno a la democracia (1979) sus necesidades no han sido satisfechas tanto por los presidentes que han pasado como con los congresos o asambleas.

Sin embargo, considera Córdova, que es momento de hacer un llamado a los partidos y exigirles cuadros nuevos, gente joven y con hojas de vidas limpias para que se postulen a la Asamblea u otras dignidades. Además, que los medios de comunicación y organizaciones civiles les den espacio, no solo en elecciones, a figuras jóvenes para mostrarse y darse a conocer.

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Cristian Carpio, analista político, indica que postular a los mismos perfiles se traduce como un “voto de confianza” desde los partidos hacia sus legisladores, especialmente desde la tienda del correísmo.

“Fue un bloque muy sólido, con fidelidad partidaria y que probablemente quieran replicarlo”, dice. Coincide con Ron en que los plazos electorales son muy cortos para estos comicios y el escenario político electoral es de subsistencia recurren a los mismo candidatos. Aunque también reconoce que hay una falta de cuadros jóvenes en los partidos y movimientos.

“Presentar a los mismos puede garantizarles que ganen por poco o, tal vez, mantenerse en el espectro político. Es decir, sería una visión de subsistencia de los partidos, querer mantenerse en el poder, aunque sea con algunos escaños”, indica.

Sin embargo, considera que es muy cuestionable que los partidos estén auspiciando candidaturas de perfiles muy cuestionables que realizaron un pobre trabajo en la Asamblea cesada.

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Para Carpio también hay un problema del electorado que no condena con su voto a estos personajes y ratificarlos.

“Hay algo que diferenciar. Muchos de estos exasambleístas puede que sean candidatos de nuevo, pero no creo que la composición del Parlamento no será la misma, ya que habrá el efecto arrastre y esto afectará a partidos como Pachakutik e Izquierda Democrática (ID) que no presentarán candidatos fuertes a la Presidencia. Además, el movimiento indígena está fragmentado, la ID va sin candidato y apoyará una alianza. Esto restará votos a los candidatos a asambleístas. Solo UNES tiene voto duro”, añade. (I)