Un letrero advierte a los delincuentes lo que pasará con ellos si los atrapan los vecinos de la comunidad de Luluncoto, en el sur de Quito: “Ladrón cogido, ladrón quemado”. El mensaje cuelga de una valla que separa los límites del barrio y las laderas del río Machángara, y representa una medida desesperada de sus habitantes contra el aumento de la delincuencia.