En abril próximo la fiscal general del Estado, Diana Salazar, cumplirá cuatro años de los seis para los que fue designada y habló con Diario EL UNIVERSO de qué es lo que ha tenido que enfrentar en lo personal y profesional en este tiempo.

La abogada que está por cumplir en junio 42 años no se arrepiente de haber postulado para liderar la Fiscalía General del Estado, aunque reconoce que no tenía conciencia del nivel de violencia que podría enfrentar. Lamenta que en su caso se haya normalizado la violencia política.

Dice estar conforme con el número de casos por corrupción que ha podido llevar a los tribunales y ante las exigencias de velocidad en las investigaciones, Salazar piensa que quizá acostumbraron al país a una inmediatez que significaba únicamente la foto, el titular y no más. “Debemos hacer investigaciones que sean sostenibles en el tiempo, que sean fuertes”, asegura.

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¿Cree que ha existido contaminación de la política en la Fiscalía?

No, de ninguna manera. La Fiscalía es ajena a la política y quizá eso ha generado críticas por parte de personas que no comprenden que esta es una institución técnica y jurídica.

Usted ha dicho hasta la saciedad que los tiempos de investigación de la Fiscalía no son los que mantiene la política. ¿Está conforme con el número de casos por corrupción que ha podido llevar a los tribunales?

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Por su puesto. Además es histórico el trabajo que va realizando esta administración. Ahora mismo tenemos el caso abierto relacionado con Sinohydro, un caso emblemático porque hemos llegado a judicializar una trama de corrupción que tiene relación con $ 76 millones y de hace mucho tiempo. Lo propio con otros casos que hemos iniciado y que también han sido objeto de sanción y sentencia.

Hay quienes critican el uso que su administración da a las redes sociales para sostener las actuaciones tomadas en ciertas causas ante la opinión pública. ¿Esa es la forma que se eligió para contrarrestar lo que se dice de sus actuaciones en casos como Sobornos, Las Torres...?

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Más allá de las redes sociales, considero que las resoluciones se sostienen con los elementos que contienen cada uno de los expedientes. Los ciudadanos no tienen la posibilidad de asistir a las audiencias, entonces es un derecho a estar informados. Lo que hace la Fiscalía es informar lo que sucede, nada más.

Diana Salazar asumió la Fiscalía General, a la que busca reestructurar

¿La Fiscalía atraviesa momentos difíciles en su relación con otros poderes del Estado o instancias de la propia Función Judicial? Le consulto esto porque la posibilidad de un juicio político está latente en una Asamblea de mayoría correísta; el haber denominado caso Encuentro a una investigación previa sobre actos de corrupción en la función pública generó fricción con el Ejecutivo.

(...) Nuestra función, por mandato constitucional, es investigar todos los hechos presuntamente punibles, vengan de donde vengan. Entonces no se trata de lesionar a una u otra función. Sí, la fiscal general, se podría decir, que vive bajo la amenaza, a través de redes sociales, de la posibilidad de un juicio político, pero tenemos nosotros la certeza de que estamos cumpliendo con lo que corresponde. No estamos dejando de hacer, estamos haciendo lo que se debe. Si eso molesta a ciertas estructuras tendrán ellos que saber explicar.

¿Cuáles son los principales problemas que la Fiscalía mantiene?

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Podríamos hablar de la falta de recursos para dotar de la suficiente capacidad en el talento humano. Por ejemplo, tenemos un déficit de 500 fiscales, pero estos 500 fiscales se traducen también en equipos que apoyen, en espacios físicos, en tecnología. Son muchos los problemas que nosotros hemos venido enfrentando.

¿Cree que ha existido violencia política contra usted?

Todos los días, a diario. Existe un estudio del Observatorio de la Política en el que señala a la fiscal general como la persona sobre la que se ejerce mayor violencia política. Esto se debe a varias connotaciones o varios temas que deberíamos analizar: mujer, afrodescendiente que está ocupando un cargo de mucha responsabilidad. Quizá la sociedad ecuatoriana aún no ha normalizado la presencia de Diana Salazar frente a la administración de la Fiscalía.

¿Se ha sentido respaldada por aquellas mujeres políticas que reclaman ese respeto en sus espacios de trabajo diario o es que ha pesado más la ideología partidista que el respaldo al género?

No quisiera caer en polémicas, pero creería que ese puede ser un ejercicio de análisis suyo y decir qué es lo que están haciendo las mujeres que reclaman ser objeto de violencia política.

QUITO. En su momenyo la Fiscalía pidió la pena máxima para los procesados en el caso Sobornos, entre ellos el expresidente y exvicepresidente Rafael Correa y Jorge Glas, respectivamente.

¿Ha sentido el respaldo de esos sectores que rechazan la violencia política?

No hemos visto nosotros respaldos más allá de una organización (....) De ahí no hemos escuchado nada. Ahora bien, existen mujeres que están defendiendo ciertas decisiones que no están siendo parte de sus afinidades, entonces mal podríamos hablar de que nos están apoyando.

¿Qué ha significado en su vida personal y profesional los insultos recibidos en este tiempo? Por ejemplo, hace poco el expresidente Rafael Correa la calificó de “inepta, corrupta, cruel y mala”.

No me puede afectar, porque en el momento que yo asuma como una verdad uno de esos insultos, entonces podría tener esa connotación. Sin embargo, yo sigo haciendo mi trabajo, tengo una convicción y creo que estamos en el camino correcto.

¿Se ha arrepentido por haber incursionado en este campo?

De ninguna manera. Estamos abriendo el camino para las próximas generaciones, para que mujeres, para que afrodescendientes conozcan que sí es posible llegar y conozcan que estamos haciendo el trabajo que corresponde.

Ya que ha pasado en el cargo más de la mitad del periodo para el que fue designada, ¿cree que a quienes ha combatido legalmente puedan tomar represalias contra usted, más aún si se trata de agrupaciones políticas que puedan volver a tener el poder?

Eso tendríamos que preguntarle a esas agrupaciones. Consideramos que nosotros hemos actuado en justicia con base en pruebas sólidas, firmes, claras, convincentes, entonces las sentencias hablan.

¿No le ha pasado por su cabeza el tema de qué es lo sucederá una vez que deje el cargo?

Creo que hay que vivir el día a día. No sabemos qué es lo que va a pasar en una semana, menos en dos años. Yo aspiro a terminar esta administración hasta el 2025 (...). Ya veremos qué sucede más adelante.

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¿Ha intentado acercarse al expresidente Rafael Correa o a su agrupación política para evitar algún tipo de reacción en su contra?

De ninguna manera. La Fiscalía no se acerca a ninguna agrupación política ni amarilla, verde o azul. No lo necesitamos. Nosotros tenemos la obligación jurídica de hacer nuestro trabajo nada más.

Usted ha dicho que ha presentado ante la justicia casos sólidos y muestra de ello son las sentencias condenatorias. ¿Cree que existe la posibilidad de que sentencias en casos como Sobornos, asociación ilícita Odebrecht puedan caerse en cortes internacionales del sistema interamericano o de las Naciones Unidas, en donde se ha argumentado que existió una persecución política y no un proceso jurídico?

Lo que pasa es que las investigaciones que adelanta la Fiscalía no tienen un tema político relacionado con persecución. Nosotros perseguimos hechos y no por la forma de pensar de cada una de las personas, sino por sus acciones. Por ejemplo, por recibir fondos en sus cuentas, realizar transferencias, operaciones. Esas son las investigaciones que tenemos nosotros y no por persecuciones políticas.

¿Entonces, no cree que estos temas tengan mucho eco a nivel internacional?

Los casos que realiza la Fiscalía son sólidos, claros y con pruebas directas y firmes que se pueden sostener a nivel nacional e internacional. Las pruebas están ahí. (I)