A las 07:20 del 6 de mayo pasado, Lisette Cuenca sale de su casa en Paraíso de la Flor con su hijo de siete meses en brazos. Toma un bus de prisa, porque a las 08:00 tiene cita médica en el subcentro de la coop. Francisco Jácome, noroeste de Guayaquil. Sus recursos económicos no le permiten tomar un taxi, y sortea los riesgos del contagio de COVID-19, así como los peligros de viajar en transporte público por la inestabilidad propia de la circulación.