El cultivo del maíz está en manos de miles de familias del país. Son medianos y pequeños productores con fincas menores a 20 hectáreas los que ponen su esperanza cada año en la siembra de este cereal, una de las bases de la cadena alimenticia y clave para mantener la estabilidad y paz social en la región de América Latina, según expertos.

La gramínea maíz amarillo duro se produce principalmente en la Costa y se usa en balanceado para alimentar a la proteína animal de consumo humano como pollos, pavos, gallinas, vacas lecheras, cerdos, incluso hasta el camarón.

Las variedades suave y de maíz harinoso (choclo o el negro), entre otros, son consumidas directamente por las personas y se cosechan en la región Sierra.

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Los principales cereales que consumen los ecuatorianos son el arroz, el maíz y el trigo (en el pan), dice Mario Caviedes, profesor investigador de la Carrera de Ingeniería en Agronomía de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), y también son los más importantes a nivel mundial.

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La demanda de maíz duro amarillo, que es la materia prima para la elaboración de balanceados y cubrir al sector de la agroindustria, es de 1′460.000 toneladas métricas al año en el país. Con eso se cubren las necesidades para la producción, sobre todo de pollos, pavos, huevos y cerdos”, dice el experto.

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La producción local cubre entre el 85 % y 90 % de la demanda anual de maíz del país, agrega. “En febrero pasado se importaron alrededor de cien mil toneladas de maíz amarillo duro para cubrir las necesidades de la industria avícola. Recordemos que es un cultivo estacional, la mayor parte de la siembra se da entre diciembre y enero y la cosecha es en abril, mayo y algunas veces hasta junio”.

Al ser estacional, es decir, las plantaciones dependen de las lluvias porque no hay riego permanente en las fincas, siempre habrá un déficit que ha ido disminuyendo en los últimos años, explica Caviedes.

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Por lo general, la escasez del grano local se presenta durante el último trimestre del año. “En 2020 la producción nacional fue de 1′358.000 toneladas de maíz amarillo duro, entonces si bien no abastece por lo menos cubre un buen porcentaje”.

El área empleada es de aproximadamente 360.000 hectáreas al año, lo que se mantiene cada periodo. El aumento de la producción responde, dice Caviedes, a una mayor productividad. “El rendimiento promedio en las provincias de Guayas y Los Ríos es de 4,5 toneladas métricas (t) por hectárea (ha) de maíz duro amarillo”.

Pero esto varía en otras provincias como Loja, donde hay un rendimiento de 2,9 t por ha.

A nivel nacional el rendimiento promedio por ha es superior a cuatro toneladas de maíz duro amarillo, indica Caviedes.

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La cosecha de maíz en un cultivo de la zona rural de Tosagua, en la provincia de Manabí. Foto: El Universo

Las cifras oficiales indican que en 2021 la producción de maíz en Ecuador fue de 1′699.347 t con un rendimiento promedio de 5,83 toneladas por ha.

La política agropecuaria nacional consiste en colocar precios mínimos de sustentación cada año por quintal, como también se da en el banano, trigo, soya y leche. Este año se fijó en $ 15,57, pero el precio promedio del duro amarillo bordea los $ 21,2 en la actualidad, según los agroindustriales.

Jorge Josse, director ejecutivo de la Asociación de Productores de Alimentos Balanceados (Aprobal), afirma que el déficit de maíz duro amarillo será mayor este año debido a factores como la plaga mancha de asfalto que afectó las plantaciones, el alto costo de los fertilizantes y porque hay un 25 % menos de área sembrada.

La demanda no cubierta, afirma, llega a unas “400.000 toneladas, pero está sujeto al análisis de oferta y demanda que se hará en agosto o septiembre”, dijo a EL UNIVERSO.

La importación es inevitable para cubrir el déficit en medio del incremento del precio del quintal de maíz que podría elevarse más y como consecuencia también se encarecería el costo de los huevos y de la carne de pollo, advierte.

Con ello, agrega, no se afectará el precio que hoy se paga porque se importaría para completar lo que falta. “Lo que sucedería es que el precio local se mantendría en los niveles actuales de $ 21 a $ 21,50 (por quintal), en lugar de subir por la especulación, que podría ocurrir si no se importa lo que falta”, indica Josse.

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El problema de los pequeños productores es que no tienen centros de acopio, entonces sin la capacidad para almacenar el grano y sacar su producción según la demanda, quienes se benefician de los altos precios son en realidad los intermediarios, asegura Caviedes. “Estos siempre se aprovechan de esta situación”.

El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) tenía previsto instalar la mesa de diálogo para revisar el precio mínimo de sustentación, el 20 de junio pasado, pero la reunión se suspendió debido al paro.

“Ahora esperamos que el MAG nos convoque”, sostiene Josse. El aumento de los costos de producción influye finalmente en el precio de la carne de pollo, cerdo e incluso la leche.

El valor del quintal de maíz es más bajo en el exterior por lo que se requiere mejorar los costos de producción locales para una mayor competitividad.

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Las importaciones de maíz fueron de 57.200 toneladas en 2021 y 100.784 durante lo que va del 2022, según los datos del Banco Central del Ecuador, informa Caviedes. “Es probable que haya necesidad de importar en el último trimestre de este año y esa producción llegaría a inicios del 2023″.

La clave es mejorar la productividad y así este cultivo será más rentable.

La tecnología de la agricultura de precisión es otro camino. “Con ella se puede determinar cómo está el suelo para el cultivo, cuando la siembra está en crecimiento se puede detectar más fácilmente los problemas de plagas y enfermedades, un mejor control del agua de riego, es una tecnología que lamentablemente aún no está muy difundida en el país”, concluye el especialista.

Caviedes estuvo en la cita latinoamericana del maíz que se hizo en Perú, mientras en Ecuador se daban las protestas

El especialista Mario Caviedes expuso en Perú sobre la situación del cultivo de maíz en Ecuador, un grano clave para mantener la paz social en la región por su importancia en la cadena alimenticia. Foto: CORTESÍA

Cada dos años se realiza la Reunión Latinoamericana del Maíz. La XIV se hizo en Cajamarca (Perú) entre el 15 y 17 de junio último, en una zona productora de este cereal.

La última cita había sido en 2019 en Colombia y el 2021 se suspendió debido a la pandemia del COVID-19, por lo que se retomó este año en Perú.

Caviedes estuvo en representación del país a través de la USFQ y afirma que el evento se realiza con el fin de analizar la situación de este cultivo en Iberoamérica, ya que también participa España.

“Se analizaron los efectos del cambio climático en estos sembríos, las aplicaciones de biotecnología moderna e innovación y la importancia de las nuevas semillas y variedades que contribuyen a reducir las brechas de productividad”.

En el caso nacional, manifiesta, la productividad del maíz duro amarillo aumentó en Guayas y Los Ríos por dos factores. El primero es la utilización de híbridos de alto potencial de rendimiento. Y la segunda es la política del precio de sustentación, a decir de Caviedes.

“(La cita) fue la oportunidad también para mostrar una publicación generada en la Universidad San Francisco de Quito en la que recopilamos ocho artículos con toda la tecnología desarrollada por España, México, Guatemala, Argentina, Colombia, Brasil, Perú y Ecuador llamada Generación de Tecnología en el Cultivo de Maíz en Iberoamérica”.

El Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) también presentó el programa de mejoramiento del maíz que se ejecuta en el país. (I)