Las ventas de vehículos eléctricos aún no despegan del todo en Ecuador. Desde el 2015, cuando este tipo de carros ingresó al mercado nacional, hasta julio del 2021 se han comercializado 655 de estos que funcionan con electricidad.

Su participación en el mercado es ínfima pese a que tienen beneficios tributarios. Entre enero y julio de este año se colocaron 108 carros eléctricos, lo que representa un 0,16 % de participación en las ventas que sumaron 65.604 unidades, entre livianos y comerciales, en ese mismo periodo.

Hay once modelos de siete marcas (Nissan, Kia, MG, Zhidou, BYD, Dayang y Kaiyun) disponibles en el mercado automotor nacional, según la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade).

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Sin embargo, se observa un despunte, ya que en los primeros siete meses del 2021 se superó el número total vendido todo el año en 2019 y 2020.

Alfredo Samaniego, vicepresidente de la Asociación Ecuatoriana de Movilidad Eléctrica y Sostenible, afirma que el futuro es eléctrico. “Es indiscutible, el desarrollo de esta tecnología está en una etapa madura. El problema del almacenamiento, las baterías, para que rindan una adecuada autonomía, está superado. Hay modelos Tesla con una autonomía de casi 600 km con carga completa”.

Los autos eléctricos disponibles en el país que tienen una autonomía de 400 km, una distancia similar a la que cubre uno que usa gasolina o diésel con tanque lleno en carreteras, cuestan desde $ 25.000 al contado.

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El precio es una limitante para que ganen terreno en el mercado, al igual que la escasez de electrolineras públicas y disponibles para cargar estos autos en las ciudades y en las vías.

“Esto es lo mismo que se decía cuando hubo el cambio de carruajes impulsados con caballos a autos. La gente decía que no había gasolineras y que el caballo sigue sin detenerse tras descansar”, indica Carlos Reyes, presidente de Roco Performance Ecuador, compañía que hace la conversión de vehículos de combustión interna (gasolina/diésel) a eléctricos.

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Y es que el tradicional carro nuevo de combustión fósil (gasolina o diésel) que los taxistas usan cuesta desde $ 18.000. Y hay disponibles para uso particular con valores que van desde $ 14.000.

“El problema es que los ecuatorianos estamos acostumbrados a vivir con las finanzas de corto plazo y no con las de largo plazo”, según Samaniego. “Los costos de los eléctricos son relativamente más altos a pesar de que no pagan arancel, IVA e ICE; pese a eso, estudios demuestran que el costo total final de propiedad de los vehículos eléctricos es menor aunque la inversión inicial es más alta. Durante toda la vida útil del carro, 10 o 15 años, operarlo con electricidad me cuesta el 10 % de lo que me cuesta con gasolina”, acota.

Por cada kilómetro recorrido, un eléctrico cuesta entre el 10 % y 15 % de lo que costaría mover a uno con combustible, es decir, el gasto en energía. Este cálculo se hizo con el precio de la gasolina de mayo de este año, añade Samaniego.

Ángel Sancho es uno de los 20 taxistas que en Guayaquil adquirieron un carro eléctrico de la marca china BYD con incentivos del Gobierno central y local.

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Él tiene en su casa una conexión de 220 voltios para cargar de forma exclusiva el vehículo, y cuando debe hacerlo en medio de los periplos por la ciudad, pues, acude al punto que la marca tiene en Samanes, en el norte de Guayaquil.

“Por cargarlo en mi casa pago entre $ 80 y máximo $ 90 dólares al mes. Además hago una recarga de $ 6 semanales en la electrolinera de BYD”. El pago mensual por la energía que impulsa su auto llega máximo a $ 114.

Con ese valor, Sancho dice que recorre un promedio diario que va de 200 a 300 km en sus jornadas, incluyendo viajes que ha hecho a Playas Villamil (en Guayas), Machala (en El Oro) y Montañita (en Santa Elena), ida y regreso.

De Montañita llegó a su casa con un 7 % de carga. “Solo fui a dejar pasajeros y regresé de una sin cargar, y hacer recorridos internos dentro de la comuna”.

Él procura cargar su auto en el hogar en el periodo de 22:00-08:00, de lunes a viernes, cuando el costo del kWh es de $ 0,5 centavos, según el pliegue tarifario que se aplica a los clientes que piden a CNEL el medidor exclusivo para calcular el consumo por la carga del auto. Fuera de ese horario vale hasta $ 0,12 por kWh.

Cuenta que en un taxi a gasolina (combustible fósil Ecopaís) gastaba $ 450 al mes, $ 15 diarios en combustible con el mismo uso cuando alquilaba un auto y el galón costaba $ 1,48 en 2019.

Con el eléctrico se ahorra un 75 % con el pago de electricidad en vez de Ecopaís, que en la actualidad vale $ 2,28 el galón, por lo que la diferencia sería mayor.

A ello hay que sumar el costo del mantenimiento. “Hacen falta puntos de carga. Se necesita conexión de 220, y en las casas no quieren dejar cuando he pedido, porque me dicen que les puede salir alto el consumo de energía, lo que no es así”, cuenta Sancho, quien afirma que recorre hasta 380 km con la carga completa en las ciudades con el aire acondicionado encendido. En las carreteras rinde hasta 390 km, agrega.

Samaniego asegura que el combustible fósil sigue la hoja de ruta de venderse sin subsidio estatal, por lo que su precio dependerá del vaivén del precio del petróleo en el planeta, lo contrario a la electricidad.

La energía renovable a través de hidroeléctricas no tendrá problemas en el país si se siguen con las inversiones en el área, ya que hay potencial, por lo que los precios de la electricidad se tiene previsto que se mantengan, ya que están equilibrados. No hay razón para que exista un incremento brusco de la electricidad desde el punto de vista de los costos de producción”, menciona.

Cuando Ángel está en su casa, el tiempo de carga demora hasta ocho horas y media empezando con menos del 20 %. La velocidad es igual que uno de combustión fósil, indica. “Tranquilamente desarrolla hasta 180 km por hora; solo lo hice para probarlo en la vía”, añade.

La recomendación es acelerar hasta los 120 km, en que consume hasta el 4 % de la carga. “Para que rinda los 380 km con aire en la ciudad se tiene que ir máximo hasta 120 km, lo que también está por encima de los límites permisibles, por lo que no es posible ir más de eso”.

Un auto de uso particular recorre el 80 % o 90 % del tiempo dentro de la ciudad, dice Samaniego, con un promedio de hasta 30 km diarios. “En ese caso la batería puede durar hasta una semana”.

Ángel recomienda el uso de los carros eléctricos, ya que implica un ahorro a largo plazo. “Incluso la diferencia en el costo del vehículo se compensa a la larga por el ahorro en combustible y mantenimiento”.

En los eléctricos se paga alrededor de $ 100 por cada 20.000 km, que Ángel ha cubierto en dos o tres meses. Lo que sí es igual con respecto a los autos comunes con combustible es el pago por el desgaste de las llantas.

A los eléctricos nunca se les baja la máquina, pero sí se desgasta la batería y queda en desuso en un tiempo promedio de hasta doce años, explica Samaniego, con el uso regular particular de una familia. Al desgastarse, pues, la solución es comprar otra, cuyo costo puede llegar al 30% del precio del auto. “En el mercado internacional pueden costar entre $ 8.000 y $ 10.000, se coloca en la misma carrocería y da una autonomía de 300 km a 400 km”.

“Ese valor bajará de aquí a una década, cuando en su momento se tenga que remplazar la batería”, añade.

Un uso óptimo de la batería hará que el auto rinda el máximo de su vida útil. Esto se mide por ciclos de carga.

De ahí que Samaniego aconseja nunca dejar que el carro llegue a 0 % para empezar a cargar porque así se cumple un ciclo. “No hay que cargarle a cada rato ni hacer cargas intermedias. Solo hacerlo cuando baje del 20 %. Si estás a 60 % pues no cargar porque al hacerlo ya cuenta como un ciclo de carga también”.

Los autos eléctricos no pagan aranceles, IVA e ICE

La falta de electrolineras frena la compra de vehículos eléctricos, pese a que su costo final por comprarlo y mantenerlo en movimiento durante su vida útil es menor con respecto a los de combustible fósil. Foto: CORTESÍA ROCO PERFORMANCE ECUADOR

El Comité de Comercio Exterior (Comex) redujo, el 3 de junio de 2019, al 0 % de arancel a la hora de importar un auto eléctrico cualquiera que sea su costo, con el fin de impulsar la compra de este tipo de vehículos.

La medida es para carros eléctricos de uso particular, transporte público y de carga. Desde junio del 2017 se podía importarlos sin aranceles, pero solo si su costo no superaba los $ 40.000, por lo que ese límite fue eliminado.

Además se cancela arancel 0 % al importar los cargadores que se usan en las electrolineras, las baterías y cargadores, que son partes de estos autos.

El pago de tarifa 0 % del impuesto al valor agregado para vehículos livianos y buses eléctricos sin tope de costo del automotor es otro de los beneficios tributarios desde agosto del 2018, lo mismo para las baterías y los cargadores.

También, la Ley Orgánica de Simplificación y Progresividad Tributaria estableció desde diciembre del 2019 que estarán exentos del impuesto a los consumos especiales (ICE).

“Con esta iniciativa (la de junio del 2019) el Ecuador busca minimizar el impacto ambiental, promoviendo la construcción de sistemas de movilidad sustentable, disminuyendo los efectos de la contaminación, la destrucción ambiental y facilitando el acceso a nuevos y modernos medios de transporte”, indica un comunicado del Comex.

Manuel Murtinho, gerente de la Asociación Ecuatoriana Automotriz (AEA), asegura que este tipo de vehículos goza de beneficios tributarios con miras a promover una cultura más amigable con el medioambiente.

“Esto efectivamente generó mayor aceptación por parte de la ciudadanía que se interesó por adquirir bienes que no contaminan y que tienen valores competitivos. Lamentablemente el éxito o fracaso de esta medida no está únicamente relacionado con los costos de importación de los bienes, sino con el desarrollo de la tecnología que permita un eficiente desenvolvimiento de los vehículos de estas tecnologías, y eso no se ha concretado”, dice.

En el Día Mundial de los Carros Eléctricos, que se celebra cada 9 de septiembre, la Agencia Internacional de Energía (AIE) pronostica, basándose en las tendencias y políticas actuales, que el número total de vehículos, furgonetas, camiones y autobuses eléctricos en circulación para 2030 en el mundo podría alcanzar los 145 millones, con una tasa de crecimiento anual promedio del 30 %.

“Si los Gobiernos aceleran sus esfuerzos para alcanzar los objetivos internacionales del clima y energía, esta cifra podría llegar a los 230 millones”, una representación del 12 % en el mercado.

El número total de vehículos eléctricos en el planeta ya alcanza más de 10 millones de unidades livianas, más un millón de furgonetas, camiones pesados y autobuses, dice el informe de la AIE publicado en abril del 2021.

La AIE fue creada por la la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) tras la crisis del petróleo de 1973. (I)