Asociaciones de médicos, especialistas en niños e investigadores se mostraron de acuerdo con incluir en la vacunación contra el coronavirus a infantes desde los 3 años, aunque expusieron algunas recomendaciones para ser consideradas por las autoridades y ciudadanía.

El Gobierno, según la ministra de Salud, Ximena Garzón, analizará la posibilidad de vacunar a niños a partir de los 3 años que estén escolarizados como lo han hecho otras naciones como Colombia y Chile.

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Desde octubre se vacuna a menores de edad desde los 5 años y en este mes de diciembre se privilegia para que reciban su segunda dosis.

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Para Fernando Aguinaga, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Pediatría, filial Pichincha, lo importante es tratar de vacunar a la mayor cantidad posible de población y si eso incluye inocular a niños más pequeños, está de acuerdo.

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Adriana Arnao, infectóloga pediatra, también se mostró a favor. Para ella, mientras más personas estén vacunadas es mucho mejor, aparte de las variantes circulantes y de esa manera disminuir la circulación del virus.

“Independientemente del esquema de vacunación recibido, las vacunas pueden ponerse, pero lo que sí para cualquier vacuna que se pongan los niños, tienen que estar sanos”, explicó.

Arnao contó que la vacuna de Sinovac se coloca en China a partir de los 3 años ya en 2020, en Colombia también a esa franja de edad, mientras que en Argentina se usa Sinopharm.

En el país, añadió, se debe colocar la vacuna que esté disponible.

“La Pfizer obviamente tiene mayor protección para enfermedad leve que las otras vacunas, pero lo importante es la protección contra la enfermedad moderada a severa y contra este tipo de enfermedad, más o menos todas protegen igual. Lo importante no es ponerse a escoger sino la que tengamos disponible, la que podamos acceder...”, sostuvo.

Añadió que los efectos adversos leves generalmente son fiebre, malestar general, dolor de brazo, náusea y si esto ocurre, se recomienda reposo así como tomar algún antinflamatorio.

A criterio de Aguinaga, lo que hay que ver es la evidencia científica que avale ya la vacuna en estos grupos de edad y su seguridad.

La especialista sugiere que se coloquen dos dosis luego de 28 días. El hecho de que sea a niños escolarizados, según Arnao, permitiría que se administre en los mismos centros infantiles, porque logísticamente para los padres de familia sería más fácil.

Para el médico investigador de la Universidad de las Américas (UDLA) Esteban Ortiz, es un “error” solo considerar a los que están escolarizados, pues probablemente ellos tienen una mejor calidad de vida que aquellos que están “en la espalda de la madre todo el día” en las calles o se quedan en su domicilio con algún cuidador siendo los más vulnerables.

Ortiz ve positivo inmunizarlos ya que argumentó que las vacunas son seguras, además de que se están realizando varios ensayos clínicos con diferentes vacunas en niños, inclusive a partir de los 2 años.

“No se pueden esperar seis, ocho meses más para nosotros poder tomar una decisión y decir miren sí, vacunemos a los niños porque ahora sí tenemos evidencia, sino que lo ideal sería que un comité asesor, un comité científico del Ministerio de Salud se siente a debatir la evidencia...”, opinó.

Lo calificó de prioritario debido a que el país tiene un sistema sanitario deficiente y ante la amenaza de la variante ómicron.

En los niños, mencionó Arnao, el COVID-19 es mucho más leve, menos frecuente, pero no por eso deja de estar presente.

Para Ortiz, el riesgo de adquirir COVID-19 en el ámbito educativo es mucho menor que en la comunidad.

Y con la meta de vacunar masivamente a niños se han habilitado puntos de inoculación en cinco establecimientos en Quito, tanto en el norte, en el sur como en el centro de la ciudad.

Jenny Soria, por ejemplo, llevó a vacunar a sus hijos de 7 y 9 años con la segunda dosis a la unidad educativa Don Bosco, ubicada en el centro histórico de Quito.

La madre de familia es partidaria de que en febrero del 2022 regresen a las aulas, pues actualmente su educación es virtual y considera que no es lo mismo.

La primera inyección la recibieron en una escuela en el norte de Quito en donde estudian. Ambas dosis de Sinovac. Para ella el proceso de segunda dosis fue “rapidísimo” y pensó que se debía a que va poca gente o no están al tanto de los sitios de inoculación.

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Juan Carlos Espín, epidemiólogo y médico familiar del distrito norte del Ministerio de Salud Pública (MSP), sostuvo que como estrategia se ha buscado abrir puntos masivos en unidades educativas donde puede acudir la comunidad de escuelas cercanas.

“Es una forma de planificar una vacunación masiva de los niños y jóvenes que están vacunándose con segundas dosis para complementar esquemas (...), primeras dosis ya están más del 95 % colocadas (...), de 5 a 11 años, 11 meses, 29 días, ellos están siendo la prioridad para su segunda dosis”, indicó Espín.

En cada punto, agregó, los alumnos están siendo llamados por días. Se estima que se podrían vacunar entre 4.000 y 7.000 personas diarias en las unidades educativas.

Estarán habilitados hasta el 31 de diciembre, al igual que en entidades públicas como el Registro Civil y centros comerciales.